No hay nada peor que quedarse sin un objetivo claro y definido a falta todavía de ocho jornadas para el final de Liga. El Ciudad de Ibiza se encuentra en esa situación. Con la permanencia en el bolsillo -está a once puntos de los puestos de descenso- y sin posibilidad de aspirar a algo más que quedar entre los diez primeros, los alicientes para el equipo son mínimos. Si a eso se le añade que el club adeuda algunas mensualidades a los futbolistas, el resultado es el que se pudo ver ayer en Can Misses: derrota por 0-2.

El equipo dirigido por Ibon Begoña, hasta el momento, se estaba mostrando más o menos fiable en su campo. Sólo había perdido dos partidos hasta ahora en casa, en los derbis frente a la Peña Deportiva y Formentera. Ante el Son Cladera sumó la tercera derrota aunque, esta vez, en un pésimo partido del conjunto ibicenco, que la semana pasada venía de golear al Molinar (0-5).

Las primeras ocasiones de peligro fueron para los locales. Un centro de Dani Reales por la derecha, en el minuto 7, provocó un barullo dentro del área del Son Cladera que ni Ramos, en primer lugar, ni Andrés, después, supieron aprovechar. Un minuto después, una falta botada por Pablo de Dios estuvo muy cerca de acabar en el fondo de las mallas.

Sí terminó en gol, por el contrario, la primera ocasión de los visitantes. Adrián Covas recogió un balón en la frontal del área y su disparo, potente y raso, sorprendió a Carlos Pérez, en un error garrafal del portero. Pocos minutos después, pudo llegar el 0-2, en un saque de esquina que Yasir cabeceó demasiado cruzado. También pudo marcar en una vaselina de Nilson que se estrelló en el larguero en el minuto 38.

En la segunda mitad, el Ciudad de Ibiza estaba obligado a reaccionar, pero se encontró muy pronto con otro gol en contra. Precious, en jugada individual, habilitó a Nilson, que se marchó en velocidad para batir a Carlos Pérez en el minuto 51. Adrián Ramos, de cabeza en el 62, y Víctor Galera, de falta en el 83, buscaron el gol, pero se toparon con el portero.