Son malos tiempos para la Peña Deportiva. Su segunda derrota consecutiva como visitante, el pasado sábado ante el Collerense por un rotundo 3-0, le ha puesto en el disparadero, en el punto de mira de sus aficionados y también de la directiva porque nadie entiende qué está pasando ni tampoco ni se asimila que a falta de diez jornadas el equipo peñista haya quedado prácticamente descartado para luchar por el título de campeón de Liga, como reconoció a Es Diari tras la debacle el máximo responsable técnico del primer equipo, Dani Mori.

Los números no engañan: los santaeulalienses solamente han conseguido 12 de los últimos 27 puntos posibles, por lo que se han dejado por el camino en las últimas nueve jornadas de Liga la friolera de 15 puntos. Es el precio que ha tenido que pagar tras perder tres encuentros y empatar y ganar otros tantos.

En el capítulo de goles, los peñistas también han estado muy por debajo de sus posibilidades, puesto que en los últimos 810 minutos han marcado ocho tantos y ha encajado nueve.

Destaca, asimismo, el detalle negativo de que la Peña Deportiva ha rendido mucho menos ante equipos mal clasificados en el campeonato y claramente inferiores. Así, ha firmado tablas con el Son Cladera (16º) y Mercadal (17º) y ha sido derrotada sorprendentemente por el Campos (19º) y el Collerense (14º).

La mala racha de la entidad santaeulaliense empezó a mediados de diciembre, concretamente en la jornada 20 jugada el 17 de diciembre, en la que cedió un empate a un gol en casa ante el Son Cladera.

En las 19 jornadas anteriores los de Santa Eulària no habían perdido ningún encuentro.

El 11 de diciembre eran segundos en la clasificación con los mismos puntos que el Poblense (45), dos más que el Formentera y doce más que el Alcúdia, que por entonces era séptimo.

Ahora, tras haberse jugado 28 partidos de Liga, la Peña es tercera con ocho puntos menos que el Poblense y seis menos que el Formentera, pero ambos tienen jugado un partido menos (lo juegan el próximo miércoles día 1), por lo que si ganan se distanciarán de once y nueve puntos.

Por su parte, el Alcúdia ha ascendido hasta la cuarta plaza y ha sido capaz de reducir once de los doce puntos que le sacaba la Peña hace dos meses.

Esto hace que a falta de los últimos diez encuentros de la temporada, los pitiusos hayan quedado prácticamente descartados para ganar la Liga e intentar dar el salto a Segunda División B jugando solo una eliminatoria.

Además, han puesto en peligro la tercera posición, a la que aspira seriamente el Alcúdia. Su entrenador, Pep Barceló, lo dijo el pasado domingo en Can Misses, tras empatar con el Ciudad de Ibiza: «Lucharemos hasta el final para estar lo más arriba posible. Nosotros no renunciamos a nada de antemano».

Es el mismo discurso que pregona ahora Dani Mori, pero con una gran diferencia: el Alcúdia se concibió y configuró para hacer una buena campaña y no pasar apuros, mientras que la secretaría técnica de la Peña Deportiva confeccionó un auténtico equipazo para luchar por el título de Liga y para disputar la liguilla de ascenso a Segunda B. Lo primero ya es prácticamente imposible y lo segundo es lo mínimo exigible y su obligación por la excelente y competitiva plantilla que tiene esta temporada.

La pregunta que está en el aire y para la que nadie parece tener respuesta es saber qué es lo que le pasa exactamente a la Peña. Unos dicen que le falta carácter, otros piensan que está descompensada y que es endeble atrás y algunos opinan que determinados futbolistas están rindiendo muy por debajo de sus posibilidades. Lo más probable es que todos tengan parte de razón, como admitieron ayer algunos directivos consultados por este rotativo.

Ante todo este ruido de sables, el director deportivo de la entidad, Raúl Casañ, pidió ayer «calma y tranquilidad», dijo telefónicamente.

«Hay que dejar trabajar a la plantilla. Están cualificados para salir de esta situación, estoy seguro de que lo conseguirán. Es verdad que se ha puesto muy difícil conseguir el título de campeón, pero no es imposible. Tenemos nuestras opciones y trataremos de aprovecharlas. Yo creo que ni ellos saben qué está pasando. Hay que darles confianza», concluyó.