La Peña Deportiva juvenil depende de sí misma para lograr el ansiado ascenso a la División de Honor. Al equipo ibicenco, que lidera la Liga, le quedan trece finales para lograr un objetivo que «no es prioritario» para el club pero sí un éxito que «ilusiona», según asegura el entrenador del equipo de Santa Eulària, Raúl Casañ, que es consciente de que sus jugadores no podrán bajar la guardia hasta el final.

Sólo hay una plaza para subir y la Peña puede lograrlo por tres vías. La primera, siendo campeona. Otra opción sería que los ibicencos acabaran segundos y por delante de ellos quedara el Mallorca B o el Atlético Baleares (ambos no pueden ascender porque ya está su primer juvenil en División de Honor). La Peña también entraría en la categoría superior siendo tercera y por delante de ella acaban Mallorca B y Atlético Balares B.

De momento, está todo en un pañuelo porque entre el primer clasificado -la Peña Deportiva- y el sexto -que es la Penya Arrabal- hay ocho puntos de diferencia con 39 por disputarse todavía. Además, los peñistas sólo aventajan en un punto al Mallorca B y al La Salle, que son segundo y tercero respectivamente. El cuarto puesto lo ocupa el Atlético Baleares B, que se encuentra a cinco puntos de los ibiencos. Quinto está el Sporting Ciutat de Palma, con seis puntos menos que el bloque de Casañ. Sexta es la Penya Arrabal, a ocho puntos de la Peña.

El técnico de los ibicencos afirma no haber calculado los puntos que necesitará para subir porque considera que «todos» los partidos que les restan serán «complicados». «Cualquier rival te puede ganar», declara el preparador, que opina que deben ir paso a paso y sin mirar más allá del siguiente enfrentamiento.

Este próximo fin de semana los pitiusos tendrán un exigente compromiso, el primero de los siete que deberán jugar a domicilio este año. Será en el campo del Sporting Ciutat de Palma, quinto clasificado y que lleva una inmaculada racha de cinco victorias consecutivas. Si los peñistas vencen, darían un golpe importante porque abrirían una brecha de nueve puntos con los palmesanos. No sería definitiva, pero sí permitiría descolgar un poco más a un rival directo.

Los otros compromisos más serios como visitante para la Peña serán en el feudo del Atlético Baleares B (el 18 de marzo) y en del Mallorca B (el 13 de abril, en la última jornada de Liga). Casañ señala que no se ha parado a pensar en la posibilidad de jugarse el ascenso en ese último duelo ante los mallorquinistas, e insiste en aplicarse la fórmula del partido a partido.

Mientras, como local la Peña tendrá que jugar seis partidos, de los que la mitad serán ante rivales que están del décimo puesto para abajo: Sant Josep (penúltimo), Atlético Villacarlos (undécimo) y San Francisco B (duodécimo).

Si atendemos a la clasificación, los enfrentamientos que los de Casañ deben marcar en rojo son los del La Salle y la Penya Arrabal, ambos también equipos que están entre los seis primeros.

El conjunto de la Villa del Río afrontará el último tercio de la competición en una excelente dinámica de resultados. Los pitiusos comenzaron el año ganando al Cide (2-1), por lo que retenían el liderato de la competición. De esta manera prolongaban a trece encuentros consecutivos su racha de imbatibilidad, ya que su última derrota se produjo el pasado 12 de octubre en el campo del La Salle (3-1). Era el segundo tropiezo de los santaeulalienses. El otro fue la primera jornada liguera al caer ante el Menorca A (2-1).

Equipo solvente

Los números de la Peña invitan al optimismo, porque los de Casañ han sumado ya casi el 75% de los puntos que se han puesto en juego; es decir, 47 de 63. Son más fiables como locales, ya que en el municipal de Santa Eulària no han perdido aún (ocho victorias y tres empates); y pierden enteros a domicilio (como visitantes suman seis victorias, dos empates y dos derrotas).