­El último informe de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) sitúa a Balears como la peor federación territorial en cuanto a resultados. El análisis del organismo no deja lugar a dudas ya que tiene en cuenta datos objetivos: la puntuación obtenida en los distintos campeonatos nacionales de los atletas adscritos a la Federació d´Atletisme de Balears (Fedaib) o pertenecientes a clubes de Mallorca, Menorca, Ibiza o Formentera.

La junta directiva de Biel Gili, que repite al frente de la Fedaib, tiene en esta clasificación un importante punto en el que enfocar un proyecto que se inició cuatro años atrás y con el que, por ejemplo, ya se ha conseguido aumentar el número de niños que se inician en este deporte. Las denominadas escoletes de atletismo han visto triplicado el número de participantes. Un dato para la esperanza, ya que cuanto mayor sea la cantidad más posibilidades hay de encontrar calidad.

De hecho, el atletismo ha tenido un repunte en el último trienio, aunque son las carreras populares -fuera de las pistas- las que han ganado en practicantes.

En este ránking por federaciones autonómicas que la RFEA puso en marcha en 2003, Catalunya manda desde hace 14 años. Con 12.786 licencias (según datos del Consejo Superior de Depotes del año 2015), la relación cantidad-calidad es muy alta, siendo líder en casi todos los campeonatos nacionales. Madrid, Valencia y Andalucía, con más de 6.000 fichas, también están arriba en una clasificación de 2016 en la que territoriales con menos federados que Balears (1.760 en 2015) están por delante (Navarra o La Rioja).

Pero el análisis de la RFEA no tiene en cuenta una serie de condicionantes que penalizan -e incluso castigan en muchas ocasiones- a los deportistas de Balears. Dejando a un lado el número de licencias, el informe no tienen en cuenta a los deportistas que compiten con clubes de la península y que están adscritos a otras autonomías.

Tampoco considera los logros internacionales (como el diploma olímpico o la plata europea de David Bustos o los resultados del paralímpico Joan Munar, medallista europeo y diploma en Río de Janeiro).

Uno de los condicionantes más importantes y decisivos en los últimos años ha sido el económico. Los patrocinadores y las ayudas institucionales han descendido, lo que ha provocado que muchos atletas renunciaran a ser deportistas de elite. La insularidad -viajes, traslados y alojamientos- también son un lastre para los deportistas de Balears, que en la mayoría de casos deciden reducir su participación en los campeonatos.