La Peña Deportiva derrotó ayer por 2-1 al Formentera en el penúltimo choque que jugarán estos equipos en la pretemporada y ambos clubes dejaron constancia de su indudable calidad, aunque como es lógico también se notó que a los dos les faltan entrenamientos, ajustes y acoplamientos.

También quedó claro que estos dos equipos darán que hablar y serán temibles. Quieren tratar bien el balón y en la Liga saldrán a jugar, no a especular, como hace la mayoría de los equipos de la Tercera división balear.

En la Peña no es ninguna novedad porque ya salía con el balón controlado desde atrás la temporada pasada, pero para los formenterenses es toda una novedad. Este Formentera, por lo visto hasta ahora, quiere jugar y tiene futbolistas para desarrollar el fútbol que quiere su exigente técnico, Tito García Sanjuán, pero le falta rodaje y tal vez convencimiento.

La primera parte fue muy intensa e interesante, con dos alineaciones en las que figuraban muchos jugadores que serán titulares, pero en la Peña se vieron lagunas en el centro del campo y sobraron indecisiones en defensa, mientras que a este Formentera le falta gol y le sobran imprecisiones y errores no forzados.

Los de la pitiusa menor saben a lo que tienen que jugar, pero es lógico que los jugadores necesiten su tiempo. No en vano en el equipo titular de ayer había ocho futbolistas que están jugando juntos por primera vez en un equipo.

En la primera media hora la Peña falló varias ocasiones, mientras que Willy lanzó un balón que rozó el poste.

El primer gol lo marcó precisamente este jugador de pelo rizado en el minuto 35 y lo hizo con un magistral lanzamiento de falta. El balón entró por toda la escuadra.

El empate llegó en la siguiente jugada y fue tras un penalti a Terán que transformó en gol Diego Piquero.

En la segunda parte se hicieron todos los cambios y el fútbol desapareció para desesperación de ambos entrenadores, especialmente para García Sanjuán, al que no le gustó nada que sus futbolistas repitieran errores.

Lo mejor de la reanudación fue el golazó que marcó el joven Claverías desde el centro del campo. El futbolista hizo un control perfecto y bombeó el balón a gol. Una auténtica maravilla.