­Blake Aldridge (Londres, 33 años) saltador de trampolín olímpico y actualmente de acantilados (cliff diving), está en Ibiza para dar clases magistrales de salto durante una semana en Sant Antoni. La empresa Ibiza Cliff Diving organiza estas clases, que se imparten desde ayer hasta el jueves para los adultos, y el viernes para los niños.

El cliff diving es un deporte extremo que consiste en una caída libre combinada con acrobacias desde grandes alturas en entornos naturales. Blake Aldridge considera que esta modalidad se ha vuelto tan popular en los últimos años porque es un deporte muy puro en el que el deportista está inmerso en la naturaleza. «Es una buena manera de estar en contacto con el entorno natural y al mismo tiempo afrontar un nuevo desafío, dar lo máximo de uno mismo y disfrutar» comenta.

El aumento de popularidad de esta especialidad y el acercamiento al público tiene mucho que ver con las Series Mundiales que organiza Red Bull alrededor del mundo. La última parada fue hace cuatro días en las Azores, donde Aldridge quedó cuarto.

El deportista ha saltado desde diferentes escenarios en una gran cantidad de países, como el puente de La Salve en Bilbao con el museo Guggenheim de fondo, desde el cenote Ik Kil en México o desde acantilados en la provincia de Krabi en Tailandia, uno de los lugares donde más le ha gustado saltar. «Creo que lo bueno es que cada lugar es diferente y cada uno es desafiante a su manera. En mi opinión los mejores lugares para hacer cliff diving son los que tienen muchos acantilados naturales y un mar azul intenso en el que zambullirse» reconoce el clavadista.

Este deporte fue avalado por la Federación Internacional de Natación (FINA) en 2013 y Blake confía en que llegue a ser deporte olímpico con el tiempo. «No sé por qué es tan difícil que se convierta en deporte olímpico. Entrenamos tan duro como cuando me preparaba para los Juegos» argumenta. Se refiere a cuando compitió en los Juegos de 2008 en Pekín en la especialidad de plataforma de 10 metros.

Es su primera visita a Ibiza y, por el paisaje que divisa desde el hostal La Torre, donde se hospeda, cree que la isla es el lugar perfecto para este deporte. «Ibiza tiene mucho potencial. Hay acantilados por todas partes, tiene fácil acceso al mar, el agua está en calma y hace buen tiempo: es perfecto para un evento de cliff diving» asegura.

Su consejo para la gente que quiere empezar a prácticar esta modalidad de salto es que no se fijen ellos, en los profesionales. «Llevamos haciendo esto durante muchos años y estamos en el nivel más alto. Hay muchos lugares para empezar». Además pone mucho énfasis en las medidas de seguridad necesarias antes de saltar.

«Lo hacemos parecer muy fácil y seguro, pero tomamos todas las medidas de precaución posibles» afirma Aldridge. Hay que comprobar la profundidad del agua, la altura de las rocas, que la plataforma es segura y además tienen buzos de seguridad en el agua.

En verano es muy habitual ver a niños tirarse al mar desde las rocas. A todos ellos les recomienda que salten desde poca altura, ya que «puede ser muy peligroso si lo haces mal», así como estar siempre acompañado y, a ser posible, de alguien experimentado.

«Es muy fácil pensar que cualquiera puede saltar como saltamos nosotros, pero hay que empezar poco a poco», concluye.