Mucho público y poco espectáculo en el derbi disputado ayer en el campo municipal de Sant Francesc, que acabó sin goles y con bastante aburrimiento sobre el terreno de juego. El miedo a no perder de los dos equipos fue determinante para que no se moviera el marcador en un choque anodino y que no respondió a la expectación creada.

Desde el primer minuto de juego los futbolistas de ambos conjuntos sabían a qué se prestaban: fútbol muy físico y sin ningún dominador de un esférico que parecía quemar las botas de los futbolistas.

No obstante, fue el equipo local el que intentó dar el primer paso al frente e intentó probar suerte, aunque sin acierto, a través de los remates de Gorriz, Terán y Jordi Martí.

El meta local, Marcos Contreras, no vio a su rival acercarse hasta el minuto 29, cuando Winde, que recibió división de opiniones desde la grada en su regreso a la isla, provocó un saque de esquina, pero sin consecuencia alguna.

El partido continuó en una dinámica de mucho físico en el centro del campo y con excesivo juego aéreo, intentando cada equipo realizar jugadas directas con sus delanteros, pero sin peligro alguno por culpa de las extremas medidas defensivas que tomaron ambos bandos.

La primera parte acabó sin goles, con poco fútbol y con casi ninguna emoción futbolística porque ninguno de los contendientes quiso arriesgar en un choque tan desangelado como la gris y fría tarde.

El decorado apenas cambió en la reanudación, a pesar de que se esperaba bastante más de dos equipos que pelean por ser campeón de Liga.

Cristian Terán tomó la iniciativa de bajar el balón al suelo y jugar con más calma e ideas y de sus botas salieron las jugadas más creativas, pero arrancando en solitario desde su propio campo, por lo que era complicado que creara ocasiones de la línea de tres cuartos para adelante.

Pocas ocasiones de gol

La jugada con más peligro de todo el partido llegó en el minuto 63, cuando el mismo Terán se hizo con el balón en la frontal de su propia área y, tras sortear a varios rivales, llegó a la defensa visitante, donde cedió el esférico a Jordi Martí, que estaba en buena posición para rematar a gol, pero el linier levantó el banderín indicando fuera de juego.

Se puede decir que el único balón rematado entre los tres palos en todo el encuentro salió de la cabeza de Pacheta en el minuto 70, pero Marcos Contreras, sin muchos problemas, desvió el esférico a córner.

Muy poco más que destacar en la recta final del derbi porque ambos conjuntos dieron por bueno el empate. Daba la sensación de que era un pacto de no agresión y que se conformaban con sumar un punto, que no trastocaba su posición en la tabla clasificatoria.

Tras el empate registrado ayer y los triunfos del Mallorca B y el Constancia, los dos clubes pitiusos ocupan ahora la tercera y cuarta plaza, a una respetable distancia de Poblense y Binissalem, quinto y sexto, respectivamente.

En resumen, derbi muy flojo el presenciado ayer, en el que ninguno de los equipos hizo méritos para ganar, pero ambos lograron lo que buscaban y pretendían: no perder.