«Excepto lo sucedido en el partido de Regional [entre el Inter Ibiza y el Sant Rafel B, en el que el árbitro tuvo que requerir la presencia de la policía], el resto de la jornada se desarrolló con total normalidad». Así resumía Julián Córdoba, delegado insular de árbitros, el fin de semana en el fútbol pitiuso, en el que los colegiados dirigieron 74 encuentros.

En el descuento del citado partido de Interpueblos, jugado en el campo municipal de Can Cantó, el árbitro pitó un penalti que propició el empate del Sant Rafel B frente al Inter Ibiza (2-2). Carlos Fourcade, presidente de los interistas que estaba en el banquillo de su equipo, entró al terreno de juego enfadado con el colegiado, pero varios futbolistas frenaron al dirigente. Para evitar males mayores, agentes policiales escoltaron a Domínguez una vez finalizado el choque.

Este incidente se produjo solo dos días después de que los clubes recibieran un toque de atención. Fue en la reunión que mantuvo con sus representantes el director insular de Deportes, Fernando Gómez, el pasado viernes, en la que les pidió colaboración para erradicar los insultos y la violencia en los terrenos de juego.

«La mayor parte de estos incidentes se producen siempre en la Regional y casi con el mismo equipo [en referencia al Inter Ibiza]», afirmó Vicente Bufí, delegado insular de la Federació de Futbol de las Illes Balears. Hay que recordar que la temporada pasada este equipo ya estuvo en el punto de mira de los árbitros, que solicitaron protección policial para pitar sus partidos.

Además, llueve sobre mojado en la Liga Interpueblos, en la que hace tres jornadas se debió suspender el encuentro entre el CD Ibiza y el Sant Rafel B por una tangana entre jugadores de ambos equipos. Además, uno de los futbolistas de los rafelers que estaba en la grada [Juan Pablo Espinal] saltó al campo y golpeó [de forma involuntaria, aseguró] a la fisioterapeuta de los de Vila, Nieves Vivanco.

Otras categorías

Pero en la Regional no es la única categoría que se producen actos incívicos. A finales de diciembre del año pasado el Comité de Fútbol Base y Juvenil sancionó con diez partidos a José Antonio Cardona, entrenador del Atlético Jesús B cadete, por menosprecio al árbitro del choque e incluso a uno de sus jugadores (al que según se reflejaba en el acta llamó «gordo»).

Según Córdoba, los insultos que llegan desde los espectadores -destinados a los colegiados o a los jugadores- son habituales cada fin de semana, aunque son pocos los árbitros que los recogen en sus actas, ya que «deben estar pendientes del partido y no de lo que sucede en los graderíos del campo». Los colegiados son también increpados muchas veces por técnicos y futbolistas.

«En fútbol estamos tan acostumbrados a estas faltas de respeto que las vemos como algo cotidiano. Esto en baloncesto, voleibol o balonmano te llamaría la atención, pero en fútbol parece algo normal, y no debería ser así. Entiendo que este cambio no se pude producir de un día para otro», explicó Córdoba, quien recalcó que desde el colectivo arbitral se va a incidir en que estos comportamientos se recojan en los informes arbitrales siempre que se produzcan.

El delegado insular de árbitros también apuntó que este problema es «general en todo el fútbol español» y no está «más agudizado» en las Pitiusas.