­La Federación Catalana de Fútbol ha sido la última en presentar una campaña para intentar desterrar de las gradas de los campos los insultos, la xenofobia y la violencia de género. Para ello, el próximo fin de semana se realizará una prueba piloto en partidos de fútbol y fútbol sala de categoría infantil preferente en los que los árbitros tendrán potestad para parar los partidos hasta en tres ocasiones e incluso, llegado el caso, suspenderlos para erradicar los actos incívicos.

Otra de las medidas recogidas en esta iniciativa será la obligación de saludo al final del partido entre jugadores, entrenadores, delegados y árbitros.

«Esta campaña es el proyecto más importante y de más responsabilidad que la Federación quiere tirar adelante de cara al futuro de nuestro fútbol. Es absolutamente necesario para practicar con normalidad este deporte, ya que va a la raíz de uno de los problemas más graves de nuestro fútbol: el comportamiento en las gradas», ha asegurado Andreu Subies, presidente de la FCF.

La junta directiva de la Federación Catalana ha decidido que activará el protocolo antiviolencia para que los encuentros se disputen con toda normalidad.

La idea es que tanto el organismo federativo catalán como sus comités, con el apoyo de los clubes, regulen el comportamiento de todo el entorno del fútbol y el fútbol sala para que en las gradas reine la normalidad.

La temporada pasada se puso en marcha la campaña «Basta de violencia en el fútbol», que ha sido sustituida en la presente por «Cero insultos en la grada» y que supondrán detener los partidos cuando el público profiera insultos o amenazas.

A finales de temporada se realizará un informe y se llevará a la asamblea provincial para aprobar el cambio de reglamentación y poder garantizar que los partidos se disputen sin incidentes.

Balears ya aplica sanciones

La Federació de Futbol de les Illes Balears aplica esta norma desde hace varias temporadas. Desde entonces, los colegiados están autorizados a suspender los partidos en caso de que se produzcan insultos o casos de racismo por parte los espectadores, según declaró ayer Manel Bosch, secretario de la Federació balear.

Bosch explicó que el primero en llevar a cabo esta iniciativa en Balears fue el colegiado Mulet Pacis, que a su vez se hizo eco de la idea de Ángel Andrés Jiménez Bonillo, un árbitro de fútbol adscrito a la delegación de Málaga, que puso en marcha una campaña de concienciación, a nivel nacional, con la pretensión de inculcar valores de respeto y educación en el fútbol base.

Jiménez diseñó la página web www.deportesininsultos.com y fue el promotor de la campaña ´No al insulto´, que aplicó Mulet Pacis en las islas y que obtuvo excelentes resultados, pero no tuvo continuidad.

En la actualidad, los árbitros baleares pueden parar los encuentros y están obligados a reflejar en las actas los incidentes. Al mismo tiempo, los informadores que suele haber en el campo de fútbol redactan unos informes destinados al Comité Antiviolencia que está presidido por el abogado Lorenzo Salva Romartínez, que a su vez informa a la conselleria de Deportes y la delegación del Gobierno para que intervengan si lo consideran oportuno.