Mientras los ojos glaucos de Magali Foulon Gohy, ibicenca de 25 años y apellidos franceses, atendían a la prensa, Isabel Colomar utilizaba el ramo de flores -que acredita a estas dos arqueras como campeonas de Europa a nivel de clubes- para juguetear con una pequeña que cumplirá los dos años el próximo mes. Esta niña, llamada también Isabel, es hija de Manuel Vicente, uno de los entrenadores de tiro con arco con los que cuenta la isla, artífice como Carlos Morillo o Juan Carlos Cornelis de los éxitos que acumulan en sus vitrinas las flechas pitiusas.

Todos ellos estaban ayer en el aeropuerto de Eivissa. Muchos de sus pupilos, también. Sumando familiares y amigos, hasta una treintena de personas. Había que recibir por todo lo alto al Es Cubells, la mejor escuadra femenina del viejo continente.

Con la ausencia de Miriam Alarcón, que había volado bien temprano de Barcelona a Madrid (está becada en la Blume) para no perderse unas prácticas de Enfermería, el improvisado comité de bienvenida estalló en cánticos y aplausos cuando Foulon y Colomar aterrizaron. Las escoltaba, empujando un carro lleno de maletas entre las que sobresalían los bultos de los arcos, José Raúl Riera. El técnico se encargó de sostener la cerámica que, como trofeo, da fe de que en las vivencias acumuladas en Klamnik (Eslovenia) durante este último fin de semana no ha habido trampa ni cartón: nadie tuvo más puntería que Alarcón, Colomar y Foulon. Ni siquiera las italianas del Kosmos, que perdieron la final por 186 a 197.

«Lo bien que hemos entrenado explica que hayamos quedado primeras. Lo que no me esperaba era este recibimiento. Ahora sí que sientes que has hecho algo importante», comentó Foulon. «Esperaba que viniera algún familiar, pero sentir este calor... Es increíble. Siempre soñé con subir a un podio europeo; hacerlo con tu gente y representando a tu isla es muy grande», añadió por su parte Colomar. Para ella no es fácil compaginar el grado de Estudios Ingleses que cursa en Barcelona con los entrenos.

Magali ni pestañeó cuando tuvo que comparar este triunfo con su palmarés personal representando a la selección estatal. Para la hispanofrancesa, «haber sido subcampeona de Europa» en dos ocasiones con España «no se celebró tanto». ¿Por qué las saetas se clavan en el centro de la diana? Principalmente, por sentirse rodeadas y queridas. «Es tamos en familia. Es muy fácil entrenar aquí por el buen ambiente que hay», dijo Colomar, que alabó a Lara Samperio, cuarta integrante del equipo en el Nacional de conjuntos el próximo fin de semana.

Pequeños, pero grandes

El Es Cubells es el espacio que las ha visto crecer y que explica lo que son como personas y deportistas. Juan Carlos Cornelis -quien cogió el testigo como delegado insular de la mano de Carlos, el mayor de la saga de los Morillo- se encargó de sintetizar las emociones que se vivían hablando del orgullo «de un pueblecito de unos cientos de habitantes [algo menos de 900] que ya se conoce en Europa». El ojo de halcón del que presume es Cubells, la población donde se construyó la primera de las dos galerías ibicencas, tiene carrete para rato.

El 13 de octubre, los cadetes Andrei Aghiorghiesei y Álex Costa viajarán a China con su carcaj lleno de ilusiones. Intentarán dar la cara en un Campeonato del Mundo. Con sus genes, no será raro si a la pequeña Isabel Vicente le da por empuñar un arco. El tiempo dirá si estamos ante otra campeona. En ese futuro no figura Madrid 2020. «Se me quitaron las ganas de cenar cuando me enteré de la eliminación», explica Foulon, que vuelve a la isla procedente de la Blume madrileña para entrenar a la cantera local y sueña con unos Juegos después de que una pierna rota (Pekín’08) y los nervios (Londres’12) la frenaran.

En Eivissa hay donde elegir para que Daniel Morillo (hasta él mismo opta a reeditar ese honor: solo tiene 25 años) tenga sucesor olímpico. Alarcón y Colomar -nacidas en 1993- también tienen en agenda lanzar en Río de Janeiro’16. Y, si no, en Tokio. «Entonces tendré 32, pero debe ser un sitio bonito de visitar», dejó caer Foulon. Ahí queda el reto.

Falta de ayudas: Una victoria que cuesta 5.500 euros

Minoritario. Ese es el adjetivo que acompaña irremediablemente al tiro con arco. Sin embargo, la pequeñez se aprovecha como arma para reivindicarse. «Luchamos por tener más medios, pero con los que contamos ya conseguimos bastantes cosas», explica el entrenador Raúl Riera. Él sabe que este deporte en España «no da para vivir». Al Es Cubells le ha costado 5.500 euros acudir al Europeo de clubes: seis aviones en tres días, la estancia y el alquiler de una furgoneta para que se desplazaran cuatro personas a Eslovenia costó 8.500 euros. 2.000 se recibieron por el campeonato y otros 1.000 los aporta el Ayuntamiento de Sant Josep. Hace pocos días se recibió la ayuda del Govern de la temporada 2011/2012 referente al Centro de Tecnificación que funciona en Ibiza. La de la 2012/2013 todavía se espera, pero el trabajo no cesa y cada céntimo se optimiza.