El derbi que protagonizarán esta tarde al Atlético Isleño y el Sant Rafel (a partir de las 18 horas en el estadio municipal de Can Misses) llega marcado por la necesidad de sumar tres puntos que tienen los de Vila, inmersos en plena lucha por no descender de categoría. Mientras, el único aliciente para los rafelers es la victoria y apuntarse el honor de haber ganado el partido de rivalidad local. Con el play-off de ascenso convertido en una quimera (aunque matemáticamente tengan aún opciones) los de Vicente Román juegan ya para divertirse. Por tanto, la presión cae toda en el mismo lado, el de los atléticos.

Los de Sant Antoni disputarán el segundo derbi consecutivo, después de haber empatado a cero el pasado fin de semana contra la Peña Deportiva. Es de suponer que los hombres que entrena Román no salgan con la misma intensidad al campo, aunque esto no significa que vayan a regalarle nada a un Isleño que se llevó un punto de su visita al campo de los blues en la primera vuelta de la Liga.

Sin embargo, el Isleño no es el mismo conjunto que el de aquel partido. Desmembrado tras la marcha de algunos de sus jugadores más importantes (por culpa de los retrasos en los pagos), su actual entrenador -David Torres- tiene que ingeniárselas cada semana para completar la convocatoria citando jugadores de la escuadra filial.

La buena noticia será la vuelta de Pierre Cotant, ausente en el último encuentro liguero pero que en este podrá ayudar a sus compañeros si su técnico lo cree oportuno.

Mientras, el Sant Rafel tendrá la única baja de Dani Monzo, que fue expulsado el pasado domingo en el duelo ante la Peña. Vuelve el sancionado Rubén Martínez.

La estadística que arrastran los inquilinos de Can Misses es demoledora. En las 16 jornadas que se han disputado en la segunda vuelta solo han sumado 15 de 48 puntos posibles; es decir, apenas el 31% de los mismos.

Las cifras no invitan al optimismo con un Isleño que no depende de sí mismo para salvarse. Esta jornada mirará de reojo lo que hagan el resto de equipos pitiusos del campeonato, que pueden hacerle un favor. También está muy pendiente de los conjuntos de Balears que puedan bajar de Segunda B. Al mismo tiempo, su tabla de salvación es que alguna escuadra del grupo XI ascienda a la categoría de bronce del fútbol español.