Atardece en la pista de atletismo de Can Misses tiñendo con un grisáceo rosa una estampa en la que cinco chavales ubicados en el amanecer de su carrera deportiva caminan por el tartán arriba y abajo. Sus piernas parecen de goma. Al contraerse y estirarse, dan la impresión de fracturarse, pero siempre vuelven a su lugar original, unos metros más adelante, tras un elástico movimiento. Los brazos se mueven al compás de las extremidades inferiores, como si los impulsaran agarrándose a una cuerda invisible.

El oficio de la marcha atlética requiere de técnica, de muchas horas de ejercicios repetitivos para lograr correr sin levantar los pies del suelo. Entre tanto movimiento muscular de los cinco marchadores más prometedores de Balears, unos ojos escrutan con atención cada paso de los diez pies que vuelan a ras de pista en Can Misses. Son las pupilas de José Antonio Quintana, las mismas que conectan con uno de los cerebros más privilegiados de España a la hora de moldear marchadores de primer nivel. El entrenador madrileño de la Federación Española de Atletismo es desde septiembre el mentor de Marc Tur, el heredero natural de Mario Avellaneda como exponente de la marcha pitiusa, un cofre pequeñito pero repleto de perlas por explotar.

Trío de ibicencos

Tres de ellas (Alexia Hartmann, Carlos Tur y Ángel Salazar) reciben los consejos de Quintana, que estuvo en la isla viernes, sábado y domingo impartiendo unas jornadas de tecnificación auspiciadas por la Escola Balear de l´Esport (EBE). «Para ser un buen marchador hay que ser buen corredor. Eso es esencial», comenta Quintana mientras Tur tira del carro, un artefacto metálico cargado con una pesa de dos kilos y unido al cuerpo del atleta por una cuerda y un arnés. Son 4.000 gramos de sobrepeso que sirven para que, siguiendo las indicaciones del técnico de dar un paso más largo y otro más corto para mejorar los apoyos (el gran misterio de la marcha: quien pone mejor el pie sobre el piso es quien más rápido camina), el cadete del CA Pitiús demuestra que ha llegado fuerte a este otoño.

«Va a mejorar mucho este año, pero hay que estar muy atentos a Alexia, se pica hasta con su sombra», afirma por su parte Toni Roig. El presidente del Pitiús y máximo responsable del centro de tecnificación de atletismo que depende de la EBE compartiría el domingo charla técnica con Quintana, la preparadora alemana Sigrid Leinpilsen -afincada en Mallorca desde hace décadas, acudió a la experiencia junto a las infantiles Margarita Adrover (Felanitx) y Ceci Dalío (Siurell)-y otros entrenadores ibicencos como el propio Avellaneda o Mariano Riera, responsable del ´fenómeno Marc Tur´ gracias al trabajo con el subcampeón de España júnior en la Escola d´Atletisme de Santa Eulària durante el decenio 2002-2012.

Tras las series llega el momento de exprimirse en un test de 1.000 metros. Irrefrenable, Hartmann llega a meta distanciada del resto 4 minutos y medio después. Si la genética y la mente de esta adolescente nacida en 1997 siguen evolucionando, hay campeona para rato. Ya puede presumir de un oro nacional cadete en los cinco kilómetros que aspira a revalidar en 2013.

La cifra1 hora 7 minutos. Récord de Mario Avellaneda en un medio maratón

El axioma de que buen marchador es igual a un buen fondista lo aprovecha Toni Roig para recordar la buena marca de Avellaneda, que estuvo a punto de ser olímpico en los 50 km en una carrera de 21 km. De la misma manera, Alexia Hartmann también brilla en los ´crosses´ y las populares.