«A lo mejor, a mi nieto le dejarán rodar un ratito». De manera sarcástica José Ramón Pallarés, Cuyu, reflejó ayer el sentimiento de los pilotos de motocross pitiusos ante el cierre de Sa Coma, un dolor de cabeza que da la impresión de no acabar jamás. Ya son 18 las semanas que lleva clausurado el trazado por riesgo de incendios; 36, los entrenamientos que no se han podido completar en el recorrido homologado, y 143, los días que han transcurrido desde que la instalación provisional acogió su última carrera hasta la fecha.

El pasado 13 de mayo, pocos podían imaginar lo que ocurriría trece días más tarde y sin previo aviso. Aquel domingo, Rubén Cervantes, Dani Curreu y Carlos Torres protagonizaron una bonita lucha por la victoria de MX1 en el Trofeo Bal·la, disputado con motivo de las Festes de Maig de Santa Eulària. El colectivo de pilotos asumía que la construcción del circuito definitivo por el que llevan décadas luchando era una utopía para la presente legislatura, pero nadie podía intuir que la conselleria de Medio Ambiente decidiría cerrar el trazado provisional por riesgo de incendios.

«Más que nada, porque cuando hicimos la instalación de Sa Coma diseñamos un plan contra incendios. No entiendo cómo con un gobierno sí que servía y ahora ya no vale para nada», resaltó Cuyu, apoyando el argumento de Sebastián Crespí, director técnico de la Federación Balear, quien afirmó el lunes que el santuario del motocross ibicenco «no tiene riesgo alguno de incendio si se siguen los protocolos de seguridad adecuados cuando se entrene o se compita».

Principal afectado

Pallarés es uno de los principales afectados por la clausura del circuito al estar inmerso en el Campeonato de España de enduro, mismo calendario que han estado completando otros motoristas locales durante las últimas campañas como Carlos Sánchez, exdelegado de este deporte en las Pitiusas. «¿Qué tengo que hacer? Pagar también por entrenar. Estoy harto de que los políticos se cuelguen la medalla cuando todo el trabajo y la inversión en Sa Coma ha corrido a cargo de los pilotos, que pagábamos su mantenimiento invirtiendo miles de euros cada año. No me creo nada de lo que digan, sobre todo desde que no se ponen de acuerdo entre ellos sobre la responsabilidad del cierre», apostilló el piloto, que no tiene «ninguna confianza» en que el tema se solucione en la reunión que mantendrá mañana Matías Rodríguez con Vicent Serra, presidente del Consell y Rafael Triguero, conseller de Política Deportiva.

En total, los cuatro meses de parón forzoso han supuesto la cancelación de cuatro carreras, dos de motocross y otras dos de enduro que, en caso de reapertura en las próximas semanas, podrían programarse para el mes de noviembre, como indicó ayer la delegación insular. Mientras tanto, los moteros se sienten como los únicos deportistas pitiusos sin pista para poder practicar su actividad.

Formentera. «Cas Barber no se puede utilizar por normativa europea»

Sergio Jiménez, conseller de Deportes de Formentera, explicó ayer que la cantera de Cas Barber no se puede utilizar como circuito (podría ser una válvula de escape al problema de Sa Coma) por encontrarse «en una zona protegida por normativas europeas». En ese lugar se disputó hace justamente un año (el 4 de octubre de 2011 con victoria de Dani Juan) una competición de ´motocross´ del Campeonato Pitiuso. Jimenez sostuvo ayer que el Consell de la pitiusa menor no dio licencia de actividad -«como sí hemos hecho con otras competiciones de trial»- por no tener competencia para ello como consecuencia del estatus de preservación de ese paraje, cercano a la playa de Migjorn. «Si rodaron en esa zona aquel día fue porque el dueño de los terrenos les dio permiso a título particular, pero nunca con permiso oficial del Consell. Tengo constancia de que Cas Barber ya no acoge tampoco entrenamientos», reflejó.