Otros diez minutos como internacional para una trayectoria que acaba de comenzar. Raquel Bejarano dispuso ayer de otra oportunidad con la selección española cadete, combinado con el que ha estado concentrada durante los últimos cuatro días en Guadalajara. La jugadora del HC Puig d´en Valls fue suplente en el amistoso que disputó España contra Francia en la capital alcarreña (23-29), pero tuvo sus momentos tanto en el primer como en el segundo período del encuentro.

Tras debutar el sábado en el Multiusos de Guadalajara, Bejarano se desplazó junto a sus compañeras al pabellón David Santamaría, cancha que tampoco dio suerte a las promesas nacionales. Tras una defensa muy seria en la primera parte, en la que colaboró la ibicenca, los dos equipos se fueron a los vestuarios con el marcador señalando un tanteo de 15-15.

En la segunda mitad, las exclusiones pasaron factura a las chicas de Sosa en el tramo final del partido, distanciando a las galas en el electrónico hasta conseguir los seis goles de renta con los que se llevaron un amistoso donde la representante ibicenca volvió a quedarse con las ganas de celebrar un gol.

Perspectiva de mejora

Eso sí, la seleccionadora nacional quedó muy satisfecha con el trabajo que realizó la pitiusa, cara nueva en un grupo que lleva unido desde hace un año. Así lo aseguró Catalina Gámiz, delegada del combinado sub´16, que destacó la capacidad de Bejarano para sacar lo mejor de sí misma pese a ser «la jugadora con menos físico del plantel».

Si exprime su inteligencia y su intensidad a la hora de jugar, Sosa se planteará incluirla en la próxima convocatoria, programada, en principio, para Semana Santa.

La intrahistoria

La pitiusa Ana Ferrer ejerce de mentora

Llegar a una concentración de la selección española por primera vez podría impresionar a una chica de 15 años. De jugar y entrenar contra rivales locales en pistas al aire libre a ejercitarse en un remozado pabellón con el futuro del balonmano femenino español. Aunque por su fuerte carácter no se amilana con facilidad, Raquel Bejarano tuvo en Ana Ferrer, exjugadora del Puig d´en Valls y actual integrante del Balonmano Alcobendas, a una cicerone perfecta.

Ferrer fue en su momento la segunda ibicenca en debutar con la selección española tras Gina Costa, jugadora también formada en el ´Puchi´. A la jugadora santaeulaliense solamente le queda debutar con la selección absoluta, así que compartió sus conocimientos durante el fin de semana con Bejarano, que se alojó durante las tres noches que pasó en la Península en casa de la habilidosa extremo ibicenca.

Si su trayectoria en el balonmano prospera, la joven cadete tiene muy claro que Ferrer es el espejo donde se debe mirar.