«¡Vaya subidita!», exclamó Alejandro Valverde ayer en el avituallamiento de Cala Aubarca. El murciano se tomó el tiempo justo para recuperar fuerzas y abandonó el camino de tierra que conduce a la inaccesible cala para pedalear con fuerza por el tramo asfaltado que bordea el Pla d´Aubarca.

Sus fibrosas piernas no delataban el esfuerzo de 58 kilómetros de empinadas subidas y peligrosas bajadas por el escarpado Norte insular. En ese momento, todavía le quedaban al murciano 30 kilómetros más para completar ´Los 88 de Mammoth´, un durísimo toque competitivo a la apacible undécima edición de la Vuelta Cicloturista en BTT.

Valverde arrancó ayer en Santa Eulària con ganas de hacerlo bien, pese a haber decidido en la víspera que su tiempo no computara en la clasificación oficial para evitar cualquier tipo de malentendidos con la Unión Ciclista Internacional.

Desde la salida, el ganador de la Vuelta a España 2009 encendió los reactores que lleva escondidos en sus pies y empezó a descolgar a la mayoría de las 190 parejas que competían en esta prueba por equipos. Cala Sant Vicent, Portinatx, Cala Xarraca, Benirràs... El tríptico de calas septentrionales iba pasando ante los ojos del murciano, que sirvió de liebre de lujo para los mejores especialistas ibicencos de bicicleta de montaña.

Los dúos formados por Jordi Cardona y Vicent Mas y por José Luis Serra y Enrique Morcillo se batían el cobre a la espalda del medallista mundial con los mallorquines Isidre Amengual y Antoni Vicens. El sexteto de ciclistas apareció en el avituallamiento de Cala Aubarca –el segundo de los tres que se instalaron a lo largo de los 88 kilómetros de carrera– unos seis minutos después que el clasicómano. El sueño de cazar a Balaverde no era utópico.

Hostilidades desatadas

Con ese incentivo, el pelotón de perseguidores tomaron el camino de Santa Agnès y al paso por la localidad, Cardona y Mas ya habían desatado las hostilidades en el pelotón perseguidor. El duro tramo de ses Fontanelles clarificó las opciones de los aspirantes al triunfo final.

Casi sin tiempo para proveerse de vitaminas en Cala Salada, el dúo cabecero se echó la bicicleta al hombro para subir las escaleras que les tenía reservada la organización para afrontar un último tramo de órdago: rodeo de Punta Galera y ascensión a sa Talaïa de Sant Antoni.

Consolidada su ventaja, los dos pitiusos llegaron vencedores a la meta de es Caló des Moro con un estratosférico registro de 3h50´51´´, precediendo a sus rivales del Club Ciclista Santa Eulària en poco más de un minuto. Los organizadores alucinaban de la increíble marca, una hora mejor que la más rápida de sus previsiones.

Ayer, la velocidad tuvo un nombre: Alejandro Valverde, la locomotora que lanzó el tren de unos bikers locales en la más afinada de sus versiones. ´Los 88 de Mammoth´ no defraudó a nadie y debutó con éxito en Ibiza.

190 parejas

Sin contar a los corredores que optaron por la marcha corta y los que participaron oficiosamente en solitario, ´Los 88´ reunió a 190 dúos.