Cansados de la imagen de «deporte para ricos», los jinetes de las cuadras es Puig, situadas a las afueras de Santa Gertrudis de Fruitera reclaman un sitio en el deporte pitiuso para la hípica a base de buenos resultados. Una nutrida representación de ocho participantes tomaron parte en el pasado Campeonato de Balears de saltos, consiguiendo tres valiosas medallas.

Del 20 al 23 de agosto, en Palma, Alicia Gil, a lomos de la yegua Aretta, logró el triunfo en la categoría juvenil; la jovencísima Alba Anguita fue plata en alevines junto a su yegua Serle; y José Roig, entrenador de es Puig, destacó con un primer puesto gracias a su caballo Eclipse, dentro de la categoría de monturas de más de seis años. Además, los buenos resultados parciales de jinetes como Joaquín Burguesa, Tanit Juan, Ariadna Cardona, Elisa Gómez o Beatriz Pérez sacan a la luz el trabajo que se hace en el club de Fruitera con el centenar de jóvenes que se entrenan en sus instalaciones en el ejercicio de la equitación.

Estos éxitos no son fruto de la casualidad, sino de una larga carrera de fondo. De hecho, en 2009, con una representación de tan solo tres participantes, también consiguieron un trébol de medallas en los autonómicos. Por un estrecho margen, perdieron el primer puesto en el medallero, una condición que les habría otorgado el derecho de organizar el Balear en Eivissa, una aspiración que persigue el club desde hace años.

«Es un trabajo muy duro, al que hay que dedicarle tiempo y dinero. Antes, íbamos a pedir una subvención a las instituciones y nos las negaban alegando que la gente que practica hípica no necesita ayudas», explica Roig, que reconoce que en la actualidad el Consell Insular «comienza a atender» las necesidades del deporte donde el humano y el caballo forman «una sola pieza». «Lo tenemos complicado para encontrar en los medios y las empresas no suelen patrocinarnos, así que el único sponsor son los padres»·, explica Burguesa, que la próxima temporada pasará de categoría juvenil a ´joven jinete´, grupo que engloba a los participantes de entre 18 y 22 años.

No obstante, pese que a los desplazamientos a la Península cuestan a cada jinete «unos 1.000 euros», es Puig sigue empecinado en mostrar fuera de la isla el buen nivel de los jóvenes deportistas ibicencos. «A finales de octubre tenemos prevista nuestra presencia en la Copa Príncipe de Asturias, que se celebrará en Madrid y tendrá una competencia similar a la de un Campeonato de España», anuncia Roig, que también quiere llevar a sus pupilos a la arena del Real Club de Polo de Barcelona para tomar parte de dos eventos más, de carácter internacional uno de ellos, en noviembre y diciembre.

Gran concentración

Como comentan también la pequeña Alba Anguita y las juveniles Elisa Gómez y Tanit Juan, la hípica no requiere de unas condiciones físicas en concreto, pero no deja de ser un deporte «duro». «A quien no se lo crea, le animo a que entrene dos horas a lomos de un caballo de competición, a ver las agujetas que tiene al acabar», argumenta irónico su entrenador, resaltando la «concentración y control de nervios» que debe tener un jockey.

En total, las cuadras es Puig alojan a setenta ejemplares, unos animales que le cuestan a cada dueño 330 euros mensuales por el «pupilaje», que incluye manutención y cuidados. «Sumando el veterinario, las revisiones y demás necesidades, mantener una montura con la que puedas participar en pruebas no es nada barato», expone Burguesa. Eso sí, un buen ejemplar aguanta el paso del tiempo, ya que puede ser válido para competir durante más de diez años. «Incluso se han visto animales con 19 años en campeonatos», recuerda Roig.