Llegó, cambió y venció. Miguel Quesada apareció concentrado en el puerto de Sant Antoni cuando le presentaron en los prolegómenos de la XXVII Milla Urbana Isla de Ibiza. El corredor con mejor palmarés de los que participaban en la categoría élite llegaba a Eivissa con ganas de dar el máximo en los 1.609 metros de carrera, pero con el lastre que supone haber estado un año entero sin competir.

Un cambio brutal en la segunda de las tres vueltas al circuito de Portmany catapultó al mediofondista catalán, dejando atrás a los polacos Mateusz Demczyszak y Tomasz Szymkoiak, que forzaron una carrera rápida desde el principio. A ello les ayudó el alemán Martin Conrad, muy voluntarioso en los primeros compases de carrera.

Jaleado por el público, Quesada se decidió a asestar el hachazo antes de lo previsto. Una maniobra suicida en la que el corazón doblegó a la cabeza. Un ataque romántico que le llevó a encabezar la prueba en los últimos 600 metros. La agonía final por mantener su ventaja sobre el belga Kristof van Malveren, segundo, dio emoción a la Milla. En tercera posición se coló el animoso Conrad, desplazando del cajón a Chris Moss, ganador de la carrera en 2008, y a los polacos, que pagaron el esfuerzo inicial. Algo después, Àngel Mullera, subcampeón nacional de 3.000 metros obstáculos, entraba octavo, precediendo a Ouais Zitane, que se vio superado por lo corto del recorrido y el alto nivel de sus contrincantes.

La sonrisa final del sabadellense al entrar victorioso confirmaba su resurrección deportiva y personal, con un tiempo de 4´20´´. Atrás quedan doce meses de calvario por una osteopatía de pubis, que decidió rehabilitar de forma natural y sin pasar por el quirófano. Un grave contratiempo que le costó a Quesada su participación en los Campeonatos de Europa en Barcelona.

Ayer, la carrera del catalán de 31 años comenzó a relanzarse en busca de nuevas metas. Una tercera participación olímpica en los 800 metros (ya corrió en Atenas 04´ y Pekín 08´) es el horizonte del último ganador de la longeva prueba ibicenca, el primer español en hacerlo desde 2006, cuando se impuso Daniel Lamaba, que sucedió a otros ilustres del atletismo nacional como Eliseo Martín o Jesús España.

Miguel Quesada | Ganador de la milla urbana

Un impulso para conseguir una victoria sufrida y necesaria. Esta es la relación causa-efecto que aplicó Miguel Quesada para imponerse en la Milla Urbana, después de una carrera espectacular. «Escuché los ánimos del público y me decidí a arrancar. No tenía pensada esta estrategia, simplemente fue un impulso», explicó exhultante el mediofondista catalán, que solamente había participado en una carrera desde que volvió a entrenarse hace unos meses tras superar una osteopatía de pubis. El catalán tan solo había podido correr en la Cursa Popular de Sabadell, una falta de rodaje después de un año sin competir que no le impidió imponerse a unos rivales de mucho nivel. Un retorno con sabor a triunfo.