La X Vuelta a Ibiza en mountain bike vivió ayer la segunda etapa, la más larga y la más dura de los tres recorridos diseñados por la organización. El número de participación se vio reducido en más de 200 ciclistas respecto a la jornada inaugural.. Por tanto, ayer sólo pudieron tomar la salida, a las 9,40 horas, 529 ciclistas desde el passeig de ses Fonts de Sant Antoni para completar 63 kilómetros, 42 de ellos de tramo cronometrado, que precisamente tuvo su punto de partida a la altura de la Casita Verde y transcurrió hasta la zona de S´Atalaia.

En esta parte competitiva tomaron parte 362 corredores masculinos y 28 de féminas. Todos ellos tuvieron que afrontar un recorrido rompepiernas y muy técnico.

Dos ciclistas imprimieron un fuerte ritmo y se escaparon del resto del pelotón. Nacho Miravalles, del Transgredos Red, y Diego Ramos (Enbici) se jugaron la victoria al sprint, que se decantó en favor del primero con un registro de 2h02´25´´. Por detrás llegó ya distanciado el ibicenco Boris Creu, del Sargantana. Una de las incidencias ocurridas en la segunda etapa fue el accidente que sufrió el ciclista Raúl Marco (Ciclostore). El corredor castellonense tuvo un percance en la zona de S´Atalaia, cuando el corredor echó pie a tierra y sufrió una caída, que le provocó que se le saliera la rótula en una de sus rodillas. La organización dispuso de un helicóptero del 112 por el difícil acceso a la zona y lo trasladaron al hospital de Can Misses de Eivissa (más información en pág. 15).