La ilusión, el trabajo y la fortuna son los factores que han contribuido a que el primer equipo del CV Eivissa haya marcado el ritmo de toda una Liga, la de Primera Nacional, donde ha brillado con luz propia.

Debutante en la categoría, sin más fichaje que el de Edmond Solanas realizado al final de la pasada temporada para buscar precisamente el ascenso a la competición nacional, el club que preside Javier Planells hizo una apuesta arriesgada por mantenerse.

El entrenador, Toni Gino, sabía que contaba con un plantel básico técnicamente bueno, pero cuya experiencia en la Liga se limitaba a los años de estudios en Catalunya y poco más, salvo alguna notable excepción.

El balance final de las dos fases disputadas muestra que aquéllos jóvenes —Esteban, Ripoll y Garcías, entre otros— que conquistaron España durante un lustro, formados en el colegio Juan XXIII, que lo ganaron todo en sus primeros pasos en este deporte, tienen lo que hay que tener para sostener un equipo en Primera Nacional y que quede campeón de grupo.

La directiva trató de fichar en invierno, pero es evidente que no era necesario. No obstante, hizo falta que el Andorra pinchara en la recta final de la Liga ante rivales de los que se esperaba más en competición, como el CV Altea.

La ilusión fue creciendo conforme la capacidad del bloque fue ganando terreno partido a partido. El trabajo se ve más claramente en las cifras finales obtenidas por un equipo en el que los jugadores no cobran: Edmond Solanas vino a Ibiza a cambio de un trabajo; Nughet Leoncio retomó el voleibol en Ibiza, donde llegó para trabajar; y Pepe Cardenache aporta su gran experiencia con un paralelo esfuerzo personal.

Las estadísticas son elocuentes: el CV Eivissa sólo ha perdido un partido en casa y fue ante el CV Andorra, en la primera fase, el 21 de noviembre de 2009. La trayectoria ha sido casi impecable. Los pirenaicos, junto con el CN Sabadell, fueron los únicos en vencer a los hombres de Toni Gino, Corona.

El enfrentamiento con equipos catalanes fue duro, pero no traumático puesto que se consiguió el pase a la segunda fase, donde el reto era conservar la categoría y entraban en juego los equipos levantinos: Altea, Santa Pola y Xátiva. Finalmente, las cuentas de Toni Gino se hicieron realidad. El Altea tuvo la llave de la Liga. De hecho, al vencer al Andorra en la última jornada regaló al Eivissa un título honorífico: el de campeón de grupo, el B. Previamente, los de Toni Gino amarraron la plaza en la fase final ganando al Sabadell en casa. La fortuna y la deportividad del CV Altea, que sin nada en juego más que el honor luchó hasta el final por quedar en la tercera posición, fue un regalo para los pitiusos. El play off por el título de liga también pone en juego el ascenso a Liga FEV, la categoría de bronce del voleibol nacional.

El factor cancha es vital. El componente psicológico de haber ganado siete partidos de forma ininterrumpida en casa es una baza interesante. La dirección técnica y la directiva del club, una simbiosis «muy familiar» en el caso del CV Eivissa, como ya relató su presidente a este rotativo, concluyeron que había que generar unas condiciones favorables para aumentar la ilusión y, de paso, vocear el nombre de Ibiza en la Península.

Así, con esta premisa promocional interna y externa, el club ha presentado una solicitud para que Vila sea sede de otra fase de ascenso, la segunda en dos años. La Federación resolverá el 25 de marzo. Mientras en es Viver aún resuenan los ecos de una fiesta bailada a ritmo de una estruendosa batucada.