El equipo infantil de gimnasia estética del Club Illes Pitiüses hará realidad mañana el maravilloso sueño deportivo por el que han estado trabajando ardua e incansablemente a lo largo de los últimos dieciocho meses. Por primera vez en la historia, un equipo ibicenco ha sido seleccionado para acudir a la ciudad de Tartu (Estonia) para competir, en representación de Balears y de toda España, en el prestigioso Torneo Miss Valentine, un evento que está considerado como la competición internacional más importante del mundo y en la que se dan cita cada año las mejores y más destacadas estrellas de la gimnasia rítmica y de la estética de grupo.

En esta edición de 2018, que arranca en la jornada de mañana con una fase preliminar de clasificación para las finales que se abrirán a partir del 14 de febrero, Día de los Enamorados, van a tomar parte más de 1.000 gimnastas en representación de 111 delegaciones procedentes de un total de 27 países.

«Estar presentes en el Torneo Miss Valentine es todo un orgullo para nosotras y supone el fin de un proyecto por el que hemos estado trabajando intensamente y con mucha ilusión durante muchos meses», explica Paola Salsoso, directora técnica del Club Illes Pitiüses, una entidad que es pionera en Balears en la modalidad de gimnasia estética de grupo.

La disciplina gimnástica de estética de grupo (AGG) es una modalidad relativamente novedosa que llegó a España en el año 2004 desde el norte de Europa. Destaca por su armonía, su dinámica, su elegancia y por el movimiento natural, estético y sincronizado de todas las partes del cuerpo. Las rutinas se realizan en grupos y no se utiliza ningún aparato, a diferencia de la rítmica.

«No pensábamos que íbamos a poder llegar tan lejos, la verdad, pero técnicamente las niñas han avanzado muchísimo y las juezas de la Copa de España nos felicitaron en Valencia y nos eligieron para ir a Estonia y representar a España en el Torneo Miss Valentine», apunta, entusiasmada, la propia Salsoso.

La leyenda del Miss Valentine, equivalente a la Copa del Mundo, comenzó en 1995, cuando Janika Mölder, campeona mundial de gimnasia rítmica, organizó en Tartu, su ciudad natal, la primera competición. Desde entonces, todos los años, en el Día de San Valentín, el evento reúne a la flor y nata mundial de la gimnasia rítmica y de estética de grupo para disfrutar de sus disciplinas deportivas en unas jornadas marcadas por los sentimientos de amistad, amor y la pasión por las actividades gimnásticas.

«Vamos un poco de novatas y sin grandes pretensiones, con el único objetivo de que nuestras niñas vivan una experiencia que es única y de que compartan unos días junto a las mejores gimnastas del mundo, aunque cualquiera sabe lo que puede ocurrir al final en la competición», advierte la directora técnica del club pitiuso.

La formación ibicenca, inscrita en el torneo con el nombre de Illes Pitiüses-Penya, en virtud del acuerdo de colaboración que mantiene con la Penya Independet de Sant Miquel, se ha desplazado con un total de ocho jóvenes gimnastas de entre 11 y 14 años de edad, aunque a la hora de poner en práctica sus ejercicios saltará a la pista un equipo que estará integrado únicamente por siete de ellas.

El momento más esperado

Mañana, cuando les llegue la hora de demostrar la gran valía que atesoran, Amaya Torres, Irene de Juan, Sofía y Sienna Murray, Elena Parvu, Carlota Torres, Malyn Glasmacher y Gisela Sánchez, las ocho componentes del equipo infantil ibicenco, verán hecho realidad un emocionante sueño que parecía inalcanzable y por el que tantas horas de trabajo han invertido.

«Las niñas han realizado un constante esfuerzo para ir mejorando día a día. Han estado haciendo una media de 20 horas semanales de entrenamiento y de continua preparación física, pero en las últimas tres semanas han estado ensayando todos los días porque todo lo que se entrene antes de una competición de este nivel nunca es bastante», recalca, al respecto, Paola Salsoso.

Amaya Torres, de 13 años, expresa vívidamente a través de su mirada la incontenible ilusión que para ella y para sus compañeras supone el hecho de poder estar en el Miss Valentine.

«Llevo en la gimnasia estética desde los 9 años. Estoy muy contenta y algo nerviosa porque deseo empezar a participar ya en el torneo. Creo que al público le va a gustar mucho nuestro ejercicio y que les vamos a sorprender», afirma Amaya, segura de sí misma.

Irene de Juan, una de las dos benjaminas del equipo a sus 11 años de edad, explica: «Hace siete años que practico gimnasia estética y ésta es la primera vez que salgo de España para asistir a una competición tan importante. Me siento muy motivada porque sé que la gente va a disfrutar mucho con nuestra actuación».

Carlota Torres, de 12 años, comenta: «Empecé a entrenar a los 5 años, pero nunca he estado en un evento internacional. Me muero de ganas por viajar, divertirme y aprender todo lo que pueda de una experiencia que va a ser irrepetible».

Las hermanas Sofía y Sienna Murray, de 13 y 14 años, aseguran: «Nunca pensamos que podríamos llegar a estar en el Miss Valentine y, por eso, ahora queremos hacerlo lo mejor que podamos»

Una campeona balear de rítmica

Elena Parvu, que a sus 12 años cuenta ya con el título de campeona balear infantil de gimnasia rítmica en 2017, subraya: «El Miss Valentine es algo único en la vida y hay que vivirlo de una manera muy intensa. Estamos con la moral por las nubes y vamos a salir a por todas. Es una satisfacción poder representar a España, aunque, al mismo tiempo, es también una gran responsabilidad para todas nosotras».

Malyn Glasmacher, de 12 años, matiza: «Sabemos que es una oportunidad que no la tiene cualquiera. Estamos muy orgullosas de poder ir a Estonia a defender el pabellón de Baleares y de toda España».

Finalmente, Gisela Sánchez, de 11 años, la otra benjamina, advierte: «Es un viaje muy emocionante. Nadie nos conoce, pero hemos sufrido y entrenado mucho estos meses y vamos a darlo todo para que nos recuerden».