Únicamente han pasado unos meses desde que las ibicencas Vicky Parra, Irina Viñals y Maika González se proclamaron campeonas de Balears de baloncesto cadete con el Can Cantó Ópticas Tur Viñas. El talento de las tres jugadoras no pasó desapercibido para los ojeadores nacionales y acabaron recalando en el Picken Claret valenciano. Una estancia que ya ha servido para proyectarlas hasta los ojos del seleccionador del combinado femenino sub-16, quien llamó a Viñals y González para formar parte del equipo que disputará el Memorial Juan de Mena que arranca este jueves en Zamora.

Una convocatoria que ha llegado a la familia de la base Irina Viñals como un premio de la lotería navideña. Una directora de juego de 165 centímetros que sueña con seguir los pasos del catalán Ricky Rubio o, si es posible, los del estadonidense Stephen Curry. «Me acaba de seleccionar por primera vez la selección valenciana y la española? Estoy en una nube», asevera Viñals, que finalmente se decanta por el base de El Masnou: «Tiene muy buena visión de juego y es muy habilidoso con la pelota», destaca.

La jugadora pitiusa, que comenzó su andadura en el baloncesto a los 11 años, tiene entre ceja y ceja ser una de las 12 finalistas restantes del último corte que hará el seleccionador Isaac Fernández. En el torneo, el combinado nacional se verá las caras con una selección de jugadoras de Castilla y León, Italia y Turquía.

Irina Viñals se ha encontrado con un ambiente «súper diferente» al que estaba acostumbrada en Ibiza. En Valencia ha encontrado una intensidad mayor en el juego, algo crucial para el crecimiento de una base, la que posiblemente sea la posición con mayor competencia en el baloncesto femenino.

Por contra, la altura de Maika González le ha permitido dominar el juego desde que era infantil, cuando ya rebasó la barrera de los 180 centímetros. Sin embargo, la pívot no está teniendo suerte los últimos años en los que la selección ha llamado a su puerta. Si la temporada pasada tuvo que renunciar por una fisura en una costilla, en esta ocasión una rotura del aductor de la pierna derecha la ha dejado fuera de combate. «No estoy bien, pero creo que no hay que perder la esperanza de que pueda volver a la selección. Mi objetivo esta temporada será llegar al Campeonato de España de clubes y hacerlo lo mejor posible. Tengo que trabajar mucho», explicó la pívot, de 1,83 metros e hija del exjugador y entrenador Lino González.

No obstante, la deportista asevera que su aventura en el nuevo equipo está siendo «muy buena». «Vivimos juntas en un piso. Yo estoy en la habitación con una compañera sevillana y ellas [Irina y Vicky] están juntas. Lo estamos pasando bien y estamos jugando todas», explicó.

Por su parte, el presidente del club Can Cantó, Jacinto Real, dijo que la convocatoria de las dos ibicencas es positivo «para todo el baloncesto insular». «Son tres chicas muy perfeccionistas y apasionadas por el baloncesto. Es un incentivo para ellas porque es un premio al esfuerzo, pero también un triunfo de su familia, entrenadores y de toda la isla. Han demostrado que si se les tiene en cuenta pueden alcanzar metas muy grandes», explicó Jacinto Real antes de reivindicar el papel de los deportistas pitiusos.

«Parece que Eivissa no existe para la selección balear. En muchas ocasiones éramos como una mera cuota, pero sólo han hecho falta tres meses para que convoquen a dos de ellas. Esperemos que con el cambio en la FBIB todo sea diferente», añadió Real.