En la etapa escolar es importante consumir alimentos con alto valor nutritivo para cubrir las necesidades energéticas y de crecimiento de los niños. Los escolares tienen una alta necesidad energética en relación a su tamaño. En el caso de los niños pequeños, debemos asegurarnos de que hacen 5 comidas al día, empezando por un desayuno contundente que le ayude a aguantar la jornada.

Las necesidades energéticas dependen también de la edad, de la práctica de un deporte, del peso y de la talla. En general, el crecimiento es más lento pero sostenido, el incremento de talla es de 5 a 6 cm. por año y el incremento del peso es de aproximadamente 2 kilos al año y de 4.5 kilos cerca de la pubertad.

Las bases de su dieta deben ser las verduras, las frutas, las legumbres, los lácteos, el pescado y las carnes blancas; nada de grasas, frituras ni bollería. Debido a que consumen más energía que los adultos y a que sus necesidades nutricionales son mayores, debemos asegurarnos de que los alimentos que consumen sean ricos en fibra, calcio, hierro, cinc, fósforo, magnesio, vitaminas C, D, B1 y B6.

Ciertos alimentos ayudan a prevenir los resfriados y a mejorar nuestro sistema inmune: como los cítricos (ricos en vitamina C que ayuda a elevar las defensas naturales del organismo); la miel (rica en jalea real que aumenta el tono vital); o los llamados antibióticos naturales: la jalea real, el ajo, la cebolla, el limón. Acostumbrarle a tomar un zumo de limón con agua nada más levantarse ayudará a prevenir resfriados.

Una alimentación racional en esta edad prevendrá que en un futuro el niño presente enfermedades, tales como obesidad, hipertensión, diabetes, bulimia, anorexia, derrame cerebral, infarto cardíaco, osteoporosis y otras.