¿Cómo lleva los nervios?

Cada año se controlan mejor, se aprende de todo esto. Es verdad que al cambiar la localización para nosotros es como si fuera un evento nuevo. Esperamos que a partir de esta edición el festival se mantenga en Ibiza y así podérnoslo tomar con más tranquilidad.

¿Qué le está dando más dolores de cabeza?

La logística, todo lo que es la producción técnica, porque dependemos mucho de que llegue lo de fuera, en una isla es lo que tenemos. Sobre todo, cuando vienen todas las bandas de fuera, eso es un poco locura.

¿Cómo va la venta de entradas?

En Ibiza esperamos todos al último momento y esperamos también a ver si conseguimos una entrada gratis. La venta va más o menos como el año pasado pero es que el esprint final es esta semana y, sobre todo, en puerta. Espero que el ibicenco valore que esto se está haciendo por la isla y que lo pague.

Viendo la respuesta hasta el momento, ¿cree que ha sido buena idea el cambio de localización?

Sí. Ibiza nos da muchas cosas. El Ayuntamiento nos está ayudando muchísimo en el aspecto burocrático. Pero además de eso, el pequeño glamour que tiene la isla está en el centro de Vila y el hecho de celebrar el festival en esta ciudad hace que la gente se interese y nos conozca más. Aparte, Ibiza nos aporta una imagen, con localizaciones como el baluarte de Santa Llúcia o el muelle comercial con Dalt Vila de fondo, que no la tiene nadie en el mundo.

¿Qué criterios sigue a la hora de diseñar el cartel del festival?

A mí me gusta todo tipo de música, pero no es que siga un criterio. Veo que en Ibiza lo que gusta es el mestizaje, el hecho de que las bandas sean diferentes. Yo soy partidario de que los festivales sean variados. Creo que el hecho de que haya bandas que vayan del rock hasta el flamenco, además de atraer a más público, también hace que el festival sorprenda. Centrarse sólo en un estilo musical es poco divertido y al final es como poner la radio ocho horas y escuchar las mismas canciones.

¿Qué ofrece Sueños de Libertad que no ofrezcan otros festivales?

Sueños de Libertad no inventa nada. Los festivales ya están inventados y el nuestro es muy humilde, muy pequeño. Aquí se han intentado hacer muchas cosas y no han durado demasiado porque cuando la gente ve que no hay ganancia rápido, deja de apostar por ello. Nosotros lo hacemos al revés, primero es la pasión y luego el business. Es como montar un bar, tienes que esperar tres o cuatro años a que funcione. Éste es un festival que poco a poco tiene que dar algo a Ibiza que no ha tenido nunca. Es un poco luchar contracorriente contra la oferta musical que hay en la isla. Más que vender un festival lo que vendo es que se hace un festival en una isla como Ibiza y yo creo que eso la gente tiene que valorarlo.

¿Hay algún grupo que se haya quedado en el tintero?

Muchísimos, sobre todo grupos que quizás no sean los que vendan entradas. Lamentablemente muchos son de fuera y por tema de logística es muy complicado traerlos. Por ese motivo también decidimos retrasar el festival a mayo, porque hay más giras que en abril y aumenta la posibilidad de poder programar otro tipo de bandas.

¿Está creciendo el festival en el sentido que quería?

Crece por cabezonería. Si nos basáramos en temas económicos el festival estaría más cerca de la edición de 2016 a nivel producción, más pequeño y menos días. Crece por mi mentalidad y porque para que destaque tiene que hacerlo. Hay que darle una continuidad, no sólo musicalmente, tiene que haber charlas y exposiciones como la de esta semana, eso es lo que quiero hacer, pero es caro. Para que el festival crezca hace falta ya no sólo el apoyo institucional sino sponsors y sobre todo, insisto, que la gente venga y pague su entrada con gusto porque está apoyando algo diferente en Ibiza.

¿Qué le ha enseñado meterse en esta aventura?

Mucha paciencia. No es fácil hacer un evento en Ibiza cuando trabajando todo el año sólo somos dos o tres personas. Yo creo que tiene que llegar el día en el que toquemos la tecla correcta, esperemos que sea este año o el próximo, que cumpliremos cinco años y habrá que hacer algo especial.