De Miguel es tan complicado como auténtico e inclasificable. Y su arte es un reflejo prístino de esa personalidad, tan libre como independiente, tan caótica como fascinante e incluso perturbadora. Su obra ya es bien conocida en los circuitos artísticos de las islas. Ahora, con la exposición 'Qué pinto aquí' (una declaración de intenciones, un reconocimiento a su perpetua búsqueda de lo auténtico), De Miguel se estrena a lo grande en 'el foro', en la capital.

Da el salto, aunque para él será un simple paseo, con más de 70 piezas entre obra pictórica, escultura, de tinta sobre papel e incluso con una instalación audiovisual.

Comisariada por Miguel López-Pelegrín, 'Qué pinto aquí' rellena de alegría y color el espacio de la sala del barrio de Salamanca, como apunta el mismo artista en conversación telefónica. «Hay que reírse de la seriedad, hacer lo que realmente tengas ganas de hacer». De Miguel, quien reconoce que los últimos días han sido de «verdadero caos», está muy satisfecho con la composición de la muestra, a cargo de López-Pelegrín: «Ha sabido conjugar de manera magnífica mi trabajo», explica.

El artista huye de las etiquetas y es reticente a la hora explicar el sentido de su obra para no facilitar ese trabajo a los críticos. En esencia, ha presentado la producción de los últimos años, bañada en color, en formas atrevidas que regalan un viaje por las artes escénicas y la música. «Soy yo contra la pintura; suena pretencioso, pero es simple; expongo la pintura por sí misma», sin artificios que busquen dramatismo.

De Miguel se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Salamanca en 1999, en la que se especializó en pintura. Además, realizó un master en animación y diseño en 3D en la Escuela Superior de Imagen y Sonido CES Madrid en el año 2000.

Esta muestra, la más ambiciosa en la que se ha embarcado, sobre todo por la repercusión que está obteniendo, es una evolución natural de su trabajo. «Es una salto en la evolución que he tenido en Ibiza, lo más relevante desde que expuse en el Club Diario de Ibiza», señala.

En esencia, Madrid está disfrutando de parte de la ingente obra de una mente tan inquieta y brillante como productiva.