Ya sin nervios, pero muy emocionado. Así está David Marqués, guionista de 'Campeones', tras ver la reacción de los más de mil espectadores que acudieron el pasado martes al preestreno de la última película de Javier Fesser, en la sala 25 de Kinépolis, en Madrid. «Fue muy bonito, había gente riendo y llorando al mismo tiempo» explica el director ibicenco, que ayer seguía con interés los comentarios en Twitter del filme, que hoy se estrena en toda España, incluida Ibiza.

¿Podía imaginarse hace seis años, cuando empezó a escribir 'Campeones', que la historia acabaría en manos de uno de los directores que admira, Javier Fesser?

No, la verdad. El proceso de 'Campeones' ha sido muy largo. Al principio la iba a dirigir yo, luego pasó a manos de Miguel Albadalejo, luego volvió a mí otra vez y al final apareció la productora Pendelton, a la que le había enviado el guion, y me propusieron que la historia la dirigiera Fesser.

¿Le fue difícil desprenderse de su 'hijo'?

La gente me dice que soy el padre de la historia pero Javier es la madre. Necesitaba criar este hijo y la mejor manera de hacerlo no era como familia monoparental. No me arrepiento en absoluto, ha sido un acierto dejarlo en manos de Javier Fesser, ha sido muy respetuoso con mi trabajo. En todo momento hemos trabajado codo con codo cada versión del guion. Él me iba mandando los cambios que hacía en el texto y yo lo iba retocando. Me he sentido muy involucrado, tanto en el rodaje como en el proceso de montaje.

¿Detrás de 'Campeones' hay una historia real?

Sí. La idea partió de una noticia que leí en los medios de un equipo de baloncesto de personas con discapacidad de la asociación Aderes de Burjassot, en Valencia, que había ganado varios campeonatos de España seguidos en su modalidad. Conocí a sus componentes y al entrenador, Osvaldo Márquez, que me contó muchas historias y de ahí surgió 'Campeones'. Casi el 90 por ciento de las anécdotas que aparecen en la película pasaron de verdad. Simplemente les di una vuelta más llevándolas todavía más al absurdo.

¿'Campeones' era el título original de esta historia?

La primera y la última versión se llamaban así, 'Campeones'. Pero también se llamó en su momento 'Rey de Bavia', como la canción de Statuas d Sal.

¿Fue complicado para usted este guion?

Me daba mucho respeto. No tengo ni idea de baloncesto ni de discapacidad intelectual.El tema era delicado. Lo intenté escribir con un respeto absoluto. Las primeras versiones del guion las leyó el entrenador del equipo y el presidente de la asociación. No quería cruzar la línea pero tampoco quedarme corto siendo condescendiente, que precisamente es lo que más cabrea a las personas con discapacidad.

¿Se hicieron muchos cambios al empezar el rodaje?

En el momento en que se escogieron a los actores que formarían el equipo de baloncesto, de entre 600 chicos y chicas, se volvieron a reescribir los diálogos para adaptarlos un poco a las características de cada uno de ellos. Por otro lado, Javier ha rodado intentando no perderse nada de lo que pudiera surgir espontáneamente en el rodaje, y surgían muchas cosas. El proceso que vivió Javier Fesser a la hora de rodar es un poco el que vive el entrenador, Marco (interpretado por Javier Gutiérrez) al ponerse al frente de este equipo de baloncesto con personas con discapacidad. Le sorprendían en cada momento y a veces costaba decir 'corten' porque no paraban de pasar cosas. Fue un proceso muy bonito.

¿Qué mensaje transmite 'Campeones'?

Esta historia es una lección para los que nos creemos libres de cualquier tipo de discapacidad. Yo creo que todos tenemos algún tipo de discapacidad, sino intelectual, emocional, lo que pasa es que no la tenemos diagnosticada. Mi idea principal era crear una comedia. El planteamiento básico era el que se ve en miles de películas, meter a un individuo en un medio que no es el suyo. Sacarlo de esa zona de confort y ponerlo en una situación en el que se sienta desubicado. Es lo que le ocurre en la película al personaje de Javier Gutiérrez.

¿Cuál es la principal discapacidad del protagonista?

Mateo tiene una discapacidad emocional. Es una persona amargada que, a pesar de tener pareja y un buen trabajo (es el segundo entrenador del Estudiantes) no es capaz de apreciar lo que tiene hasta que toca fondo. Su salvación llega cuando empieza a entrenar al equipo de baloncesto de personas con discapacidad.

¿Disfrutó trabajando con Javier Gutiérrez?

Fue una maravilla, es un genio. Se metió de cabeza en la película y hace un trabajo brutal. También fue un reto para él porque es difícil estar a la altura de los chicos con los que trabajó, porque se comen la película en cada plano, en cada secuencia.

¿El resultado final es la idea que tenía en la cabeza?

Mi amigo Antonio Isasi decía que una película nunca es lo que habías pensado, aunque se parezca bastante. Esto ha pasado con esta película y con todas las que he dirigido yo. El resultado es muchísimo mejor de lo que hubiera imaginado. Este grupo de actores, que no eran profesionales y tienen discapacidad intelectual, ha enriquecido mucho la historia. Transmiten mucha verdad. Después de trabajar con ellos tengo que decir que envidio la capacidad que tienen de ser felices. El martes los volví a ver en el preestreno de la película y su alegría al verse en pantalla era contagiosa.