Si alguien ha triunfado en los carnavales de 2018, ese ha sido David Baos. Ha arrasado, literalmente arrastrándose, en todos los que ha participado este año: ganó los primeros premios individuales en Santa Eulària (el pasado martes) y en Sant Joan (el domingo), y el jurado (compuesto por tres políticos y los miembros de las asociaciones vecinales de Sant Agustí y Benimussa, así como de la colla de ball pagès de Sant Jordi) le otorgó la máxima puntuación ayer sábado tras el desfile de Sant Josep. Baos volvió a vestirse de ´Tortuga a todo gas´, pero su disfraz es tan realista (llegó muy maquillado), que no va a pie, sino que se arrastra por el suelo, para lo que emplea una plataforma con ruedas que empuja con las manos.

Y eso es una temeridad en lugares como Sant Josep, ya que el carnaval transcurre por su calle principal (cerrada ayer una hora, con el consiguiente atasco), que en algunos tramos tiene una pendiente hasta del 10%. «Acabo muerto», confesó poco antes de empezar. Dos veces tuvo que ascender el Tourmalet josepín. Delante del jurado exhibía bíceps, para que quedara constancia de su esfuerzo. Hace un año se transfiguró en otro reptil que camina a cuatro patas y que lleva la panza pegada al suelo: un cocodrilo. Quizás vaya de anaconda en 2019.

En la categoría de comparsas escolares ganó ´Es nostre Parc Natural de ses Salines´, compuesta por 108 padres (pulpos, saliners...), madres (flamencos) y críos (doradas, estrellitas...), seguida de ´Carrusel´ (una veintena de piezas de tiovivo de la Apima Portmany, con taquilla ambulante). El tercer premio fue compartido entre la masa amarilla (confeccionaron unos 200 gorros para la ocasión) de los ´Minions´ (que en el Gru Gru Car, que iba a la cabeza, portaban un canasto con unos 20 kilos de bananas) y los ´Vedrasaurus´, que criticaban que la educación pública se encuentre actualmente en «la época jurásica».

Carrozas y comparsas se extendían a lo largo de unos 300 metros del sambódromo de Sant Josep, tan cálido ayer como el carioca. Una de ellas era la carroza escolar ´Los cocos des Vedrà´, que obtuvo el primer premio en esa categoría. Aunque se habían inscrito unos 130, ayer fueron unos 80, todos con la cara pintada a lo Catrina. Abría el paso la figura del alebrije de la película ´Coco´. «Vamos, Es Vedrà, que hemos venido a pasarlo bien», fue el grito de batalla de ese colegio.

La irreductible aldea gala de Asterix (colegio L´Urgell) se llevó el segundo premio de esa modalidad. No faltaban disfraces de Asurancetúrix, Obelix, Abraracúrcix, Edaddepiédrix o Esautomátix. Ni crítica: se quejaron de los «centros deteriorados», de la escasez de maestros y de las «elevadas ratios». Y pidieron «escuelas nuevas».

´Sa Cursa per una vivenda digna´ se llevó el premio a la «carroza general». Era la única de esa categoría. Sus componentes se han pateado todos los carnavales municipales de este año.

El jurado, tras una rápida deliberación en la sede del Juzgado de paz (qué mejor lugar), decidió también que ´Les serps santantunienses´ se llevaran el segundo premio de la categoría individual/semigrupo. En realidad, sus siete componentes eran gorgonas, cinco adultas y dos infantiles, medusas que cada año se juntan para montarla en Carnaval: en 2017 se disfrazaron de la diosa india Kali, y en 2016 de reinas de corazones, dado que coincidió con San Valentín. Para poner a punto el vistoso disfraz de este año han necesitado un mes.

Al ritmo del ´Rap das Armas´ de Cidinho y Doca, quedaron terceros ´Fly, fly, butterfly´, una enorme mariposa a cuya caza iba un despistado hombre tocado con salakov , y ´El senyor Roca´.