La trencada de almendras, nueces, castañas y otros frutos secos se convirtió ayer en la protagonista de las actividades organizadas en los colegios de Eivissa para conmemorar, tal y como reza la tradición, el día de Todos los Santos, que se celebra hoy. La importada fiesta de Halloween quedó relegada, al menos en el ámbito escolar, pues sí fue la opción mayoritaria para las celebraciones de las asociaciones de padres y madres y cobró protagonismo ya por la tarde, cuando los niños salieron disfrazados a la calle para llenar sus calabazas con todos los caramelos posibles.

En el colegio Santa Gertrudis, los estudiantes de Infantil y Primaria fueron de excursión a las zonas boscosas cercanas. Algunos de los grupos llegaron a recorrer varios kilómetros, explicaron desde el centro educativo.

Sobre las diez de la mañana abandonaron las aulas e iniciaron la caminata acompañados de profesores y de algunas familias. En el caso de los estudiantes de primer ciclo de Primaria, se dirigieron hasta el Pou d'en Gatzara. Una vez allí y después de almorzar, los niños hicieron la tradicional trencada de todos los frutos secos que llevaban en sus mochilas y comieron bunyols, tradición también en la isla. Además, dejaron algunos frutos secos en el pozo, para los fameliars.

Las actividades por la festividad de Todos los Santos, no obstante, ya habían comenzado días atrás en este colegio. En Infantil, por ejemplo, los alumnos de los tres cursos se convirtieron en cocineros y elaboraron panellets. Más o menos estándar. Los niños pusieron todo el interés y obtuvieron resultados deliciosos y para todos los gustos: panellets de piñones, de almendras o incluso de nueces fueron algunas de sus creaciones.

En el colegio Sant Ciriac, de Santa Eulària, también optaron por salir del centro para la trencada. En su caso, los alumnos de Primaria hicieron una primera parada en el mercado, donde, con el euro que llevaban de casa, compraron frutos secos, explicaron varios padres. A continuación se dirigieron al parque para comérselos y disfrutar así de la jornada con sus compañeros.

Castañas asadas

En el colegio Cervantes, de Sant Antoni, la trencada dio comienzo pasado el mediodía. Los alumnos salieron al patio y allí comieron frutos secos y asaron castañas, tradición a la que la calurosa mañana no parecía acompañar demasiado. En el colegio Es Vedrà, de Sant Josep, los estudiantes tenían previsto salir al bosque situado frente al centro para comer frutos secos que, en este caso, no tenían que llevar los niños sino que ponía el propio colegio, detalló un padre.

Ya en Vila, el colegio Can Misses organizó diversos talleres durante la mañana, de elaboración de panellets, entre otros, indicaron desde el centro, donde señalaron que los alumnos de Primaria también comieron bunyols. A partir de mediodía se invitó a las familias a acercarse al centro para sumarse a la trencada, que amenizó con sus melodías -como es habitual en el colegio- el profesor del Música, explicó una madre.

En el colegio Can Cantó, por su parte, la celebración fue doble. En primer lugar, los estudiantes se dirigieron hacia la finca de Can Tomeu para realizar la trencada. En sus propias bolsas y en telas sobre el suelo se dispusieron frutos secos de todo tipo, que los niños se afanaron en abrir.

Tras el almuerzo, los estudiantes regresaron al colegio y allí dio comienzo una pequeña fiesta de Halloween que tuvo a dos grupos como protagonistas. Por una parte, los alumnos de sexto se disfrazaron con la intención de vender su «pócima mágica» y pasteles al resto de compañeros, indicaron desde el colegio. Los alumnos más pequeños, los de Infantil, que llevaban puesto «algún detalle» como máscaras, gorros o diademas con adornos típicos de esta celebración, fueron por clases y despachos pidiendo caramelos.