Javier del Pino (Madrid) tiene ascendencia belga y verbo suelto en castellano. Adora la radio de cercanía y por eso ha traído a Eivissa su programa 'A vivir que son dos días', un formato innovador que ha aportado un aire fresco a la SER y la radio española.

¿Cómo ve el momento actual de la radio?

Vive un momento muy bueno, siempre lo ha vivido y le queda mucho por delante. Ni la televisión, ni Internet han acabado con la radio y ambas cosas han permitido que sea lo que es ahora. En ese sentido, España es un país paradójico.

¿Por la forma de hacer radio?

No hay muchos países en el mundo donde la radio signifique lo que aquí y donde tenga su audiencia. La SER vive una situación privilegiada aunque creo que la audiencia se va a ir fragmentando cada vez más y se va a rejuvenecer más. Hay que buscar formatos en los que se incorpore oyentes porque hay gente que considera que la radio se está envejeciendo.

¿Cómo se capta a los jóvenes en la radio convencional?

Hay una corriente habitual del oyente de radio que entra de joven de oyente en las cadenas musicales, se quedaba allí entre ocho y diez años, luego a las deportivas y finalmente a los informativos, ahí se daba cuenta de que el mundo es más grande que un campo de fútbol. Ese ciclo se ha roto por completo en los últimos quince años gracias a los nuevos formatos. A esos jóvenes les puedes llegar de otras maneras y ellos te encuentran. Una herramienta es el humor. Se puede explicar a la audiencia que habitualmente no escucha la radio que la actualidad se puede comprender a través del humor.

¿Ha pensado hacer televisión?

Me han ofrecido trabajar en televisión muchas veces y seguramente haré algo, pero tengo que buscar el tiempo para hacerlo y una empresa que crea en eso, no solo una que piensa en la inercia mediática o el negocio.

¿Qué echaba de menos de España cuando estaba en Estados Unidos y viceversa?

Estuve en Estados Unidos muchísimos años con dos hijas pequeñas, se hicieron adolescentes y mayores ahí. Tenía tantísimo trabajo escribiendo para El País, con la emisora de radio, cubrir campañas electorales, entrar y salir? no tenía tiempo de echar nada de menos. Podría decirte cosas como el jamón serrano? pero ni siquiera tenía tiempo de pensarlo, echo de menos muchas cosas, como hacer una cola con un cierto orden, cierta disciplina laboral. Me gusta el concepto de la responsabilidad, la productividad, hacer las cosas bien hechas porque las quieres hacer bien, que aquí no se inculca.

¿Por qué nos gusta tanto a los españoles todo lo americano, el Halloween, la comida y demás?

Esto es interesante, es un caso atípico y paradójico. Somos los primeros que nos sumaríamos a una manifestación contra el imperialismo yanqui pero somos los que con más dedicación consumimos cualquier producto cultural que venga de Estados Unidos. Supongo que después de tantos años de represión, ahora somos europeos y cosmopolitas y nos gusta todo lo que tenga que ver con aquello.

¿Donald Trump será un buen presidente algún día?

Aunque lograra conseguir la paz en el mundo sería un mal presidente para Estados Unidos porque ha bajado el listón de lo permisible en política y el daño es irreversible. Es un personaje que ha hecho un gran daño al discurso político.

¿Cómo ve la política actual española? ¿Era necesario llegar a la situación actual?

No me gustaría entrar en política, prefiero sobrevolar, contar lo que está pasando, no nos pagan por hacer política y el periodismo actual forma parte de ella. Los grandes medios están vinculados a los poderes económicos, a los ideales gubernamentales, su propia supervivencia empresarial, y eso no me gusta. Podemos ha demostrado que existe un desafecto con la vieja manera de hacer política. Hay falta de carisma, nunca va a haber un Obama español porque no tenemos ese carácter e iríamos a por él antes de esperanzarnos con ese discurso.

¿El problema catalán tiene una solución viable y afectiva?

Nací en Madrid pero no tengo ni el más mínimo gen nacionalista, tengo ascendencia belga, mis hijas son americanas y me hablan en un idioma que no es el mío primario, he pasado la mitad de mi vida fuera de España. No entiendo de nacionalismo pero respeto a la gente que piensa que no quiere formar parte de un club que siente que no les trata bien. No sé cómo salir de este entramado porque no entiendo a ambas partes y no me gustan las banderas porque 'las banderas no abrigan, las banderas enfrían'. La única forma de salir es dejar pasar 25 años o convocar nuevas elecciones o intervenir ... dejar pasar tiempo. Es igual de dónde venimos y a dónde vamos, es importante proteger el idioma y tu singularidad.