La undécima edición del Festival de Ópera de Ibiza llenó el aforo del palacio de congresos de Santa Eulària de un púbico local variopinto de diferentes estatus sociales y muchos residentes extranjeros de varias edades y nacionalidades, principalmente alemanes. Pese al calor de septiembre muchos de los asistentes vistieron el dress code clásico y elegante de los eventos del bel canto, aunque con el tono informal del verano ibicenco.

La pausa del entreacto de la obra dirigida por Armin Heinemann sirvió para comentar el desarrollo de la misma y el futuro de la ópera en Ibiza tras el anuncio de Armin de finalizar su labor como director de escena. En el salón de entrada del palacio de congresos se sirvió vino y refrescos para amenizar el descanso interpretativo. En el aire flotaban las preguntas que muchos hicieron al propio Heinemann en la pausa: ¿Qué pasará con la ópera en Ibiza? ¿Quién tomará el relevo de Armin? ¿Tendrá continuidad futura? La respuesta está en el viento y en la imperiosa esponsorización de eventos que puedan llegar a la isla en sus giras nacionales o internacionales como el Ballet de Moscú, que también actuará este mes en el mismo recinto.

Entre vino y vino, Heinemann agradecía las felicitaciones y se dejaba 'fotografiar' con los móviles de turno por sus admiradores, mientras Stuart Rudnick, encargado del espectacular vestuario de Falstaff y otras obras representadas en años anteriores, miraba atentamente desde un rincón de la sala las evoluciones y comentarios del público con mirada serena y sonrisa medida. Buscando a Laura Ferrer y Ben Clark, divertidos y magníficos narradores de la trama entre acto y acto, en castellano, inglés e ibicenco, para mejor comprensión de la obra por el público, me encontré entre bambalinas a todo el equipo de actores y figurantes y logré reunirlos posando en una foto inédita.

Entre los asistentes se encontraban autoridades locales y destacados empresarios como el presidente de honor del Grupo Vocento, Santiago de Ybarra; Pepe Colomar, Alberto Torres, la directora del MACE, Elena Ruiz; Carmina Claret; el artista plástico Yull que se ancargó de la escenografía , los fotógrafos Christine Spengler y Philipe Warner.