Fue citado por primera vez en Ibiza en 2001 y existen referencias anteriores para la isla de Formentera y el resto de islas de Balears. Hoy, tres lustros después, el llamativo cangrejo araña Percnon gibbesi, una especie subtropical y procedente del Atlántico, ha prosperado en las costas pitiusas y es particulamente abundante en el litoral de Portinatx. En los alrededores de s'illot des Renclí las poblaciones son muy numerosas a muy poca profundidad; diversos estudios realizados en diferentes puntos del Mediterráneo sobre este invasor coinciden en señalar que habita en la zona infralitoral, por debajo de la línea de rompiente de las olas, que puede hallarse hasta a tres metros de profundidad y que las mayores densidades se dan a un metro de la superficie. De hecho, los ejemplares fotografiados fueron localizados entre medio metro y poco más de un metro de profundidad, y se observaron más de una veintena de individuos.

Respecto al potencial peligro de este invasor, el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras indica que «existe cierto grado de solapamiento de hábitat con otros cangrejos», aunque no se considera que sean competidores potenciales «por no existir solapamiento trófico». Es decir, en las islas comparte un hábitat similar, con ligeras diferencias en la profundidad prioritaria, con otros decápodos como el también abundante cangrejo zapatero ( Pachygrapsus marmoratus) o el Eriphia verrucosa, conocido en Ibiza como cranca peluda, pero no comen lo mismo. El hábitat del cangrejo zapatero se halla justo un poco más arriba, en la superficie, en las rocas bañadas por el agua y a muy escasa profundidad, mientras que la cranca peluda vive en el primer medio metro de agua. Cada especie de cangrejo ocupa así un estrato distinto del mismo tipo de hábitat, por lo que parece ser que el invasor ha ocupado un nicho trófico que se encontraba vacío, según se señala en un estudio realizado en Mallorca y publicado por la Societat d'Història Natural de les Balears en 2005.

En el número 43 del boletín de esta entidad cultural se hace referencia a las primeras citas sobre la presencia de este decápodo y se explica que hasta agosto del año 1999 esta especie no había sido observada en el mar Mediterráneo, y que fue hallada en diversos puntos de la costa balear «en el transcurso de trabajos rutinarios de prospección litoral», primero en la costa norte de Menorca (Cap de Favàritx) y luego en el sur de Mallorca (Cap Salines), en localidades donde, a pesar de las continuas inmersiones, no había sido detectada antes. «Casi simultáneamente a nuestras primeras observaciones, la especie fue detectada en la pequeña isla volcánica de Linosa (estrecho de Sicilia)», se señala en el informe. Desde entonces, la dispersión del cangrejo invasor se ha producido con rapidez y ha alcanzado Libia y Turquía.

Estos cangrejos llamaron la atención del biólogo Joan Carles Palerm hace unos años, cuando vio al primero de ellos en la zona de ses Balandres y averiguó de qué especie se trataba. También los ha observado en Porroig. El biólogo Xavier Mas, por su parte, los ha encontrado en Cala Codolar, es Jondal, sa Caleta, s'illa de sa Sal Rossa, Cala Olivera o es Vedranell. Es un animal inconfundible. Tiene unas largas patas con anillos amarillos sobre el color general marrón o verdoso y vistosas líneas blancas y azuladas, casi parecen luminiscentes, en los ojos, en las antenas, rodeando el caparazón y en las primeras articulaciones de las patas.

El cangrejo araña Percnon gibbesi está ampliamente extendido en la costa occidental africana, desde el Golfo de Guinea hasta las Azores, y en la costa oriental y occidental de Sudamérica. En Gran Canaria, donde es muy frecuente y no se considera especie invasora, se conoce como marañuela. Su introducción en el Mediterráneo se produjo a través del estrecho de Gibraltar por migración de adultos o dispersión de las larvas por las corrientes. También pudo incidir el transporte marítimo (puede viajar en el agua de lastre de las embarcaciones o como incrustaciones en los barcos) y el escape accidental o intencionado desde acuarios (se trata de una especie popular en acuariofilia). Y parece ser que el aumento de la temperatura del agua facilita su expansión; el ya citado estudio realizado en Mallorca apunta a que el calentamiento del mar parece estar ligado a etapas reproductoras más largas. Ello, unido a su alimentación herbívora y poco selectiva y una larga vida larvaria que da lugar a juveniles vigorosos, ha hecho que su área de distribución aumente a pasos agigantados.