Tanto el Consell de Ibiza como el Ayuntamiento de Santa Eulària, las dos instituciones que más han apoyado al Festival de Ópera de Ibiza, lamentan que eche el telón y aplauden la labor que ha realizado Armin Heinemann, su alma mater durante estos once años y que ha decidido retirarse.

El conseller insular de Cultura, David Ribas, asegura que es «impagable» que Heinemann y su equipo hayan sacado adelante «un Festival de Ópera, de esta calidad no solo en el plano musical sino creativo, en una isla donde la tradición operística era mínima».

El conseller subraya que en cada uno de los montajes el público no solo ha disfrutado el plano 'vocal' sino de un vestuario y una escenografía increíbles «gracias a la pareja creativa que forman Heinemann y Stuart Rudnick». «Es un valor añadido que sin duda es impagable para la ópera en Ibiza», destaca Ribas que, además, subraya que los montajes de Ibiza han tenido repercusión mediática nacional e internacional, otro punto a aplaudir.

Por su parte, la concejala de Cultura, Ana Costa, como anfitriona de la ópera, ya que se ha celebrado en el Palacio de Congresos durante los últimos años, destaca el carisma y entusiasmo de Heinemann como una clave del éxito de la ópera: «Desde el momento en el que conocimos a Armin Heinemann fue capaz de contagiarnos la ilusión que le provocaba este proyecto y las dificultades que conlleva, que son muchas», admite concejala.

«Ha conseguido que vaya creciendo en calidad cada año y, además, ofrecer estos espectáculos en Ibiza es muy positivo porque contribuyen a dar a conocer fuera de la isla otra Ibiza que no es todo discotecas y noche loca», valora.

«Este festival ha sido posible gracias a la ilusión, el conocimiento, la voluntad y la pasión de Armin. El mérito es exclusivo de la Asociación de Amigos de la Ópera y en concreto de Armin Heinemann y Stuart Rudnick», sentencia.

Continuidad

Así, tanto Ribas como Costa coinciden en que montar algo como el Festival de Ópera no es una cuestión de más o menos presupuesto «sino del conocimiento y la pasión de Heinemann». Ambos apuntan que estudiarán proyectos que se presenten en esta línea y que sean serios e interesantes, pero consideran «complicado» que suceda porque el caso de Heinemann «es único».

«Es muy difícil sacar adelante un proyecto con la escenografía, vestuario, orquesta y cantantes profesionales que ofrecía Heinemann y que sea rentable», apunta Ribas. «Por el momento, tras el 'Falstaff' de este año, nos vamos a quedar un poco huérfanos», admite Costa.

Aplauden que haya logrado atraer a un público local a la ópera, «ya que en las primeras ediciones era en un 95% público extranjero», dice Costa. «El público local está cada vez más educado en la ópera gracias a Armin», añade Ribas.