Mery y Eva acaban de fabricar con sus pequeñas manos un calatrec, con una nuez y un palillo, y un esbrunyidor, con una caña, gomas y papel, con la ayuda de Víctor Cardona, monitor de la actividad. «Son dos sencillos instrumentos musicales que los niños y niñas ibicencos de antaño fabricaban ellos mismos para jugar y entretenerse», explica Cardona, que cree que estas actividades fomentan «el aprendizaje de la música a través del juego». Los dos sencillos instrumentos parecen estar a años luz de las tablets, con las que otras dos niñas crean música justo al lado. Dos extremos de lo que puede ser la creación musical, separados en realidad por muy pocas generaciones. Ambas propuestas pertenecen al programa Feim Barri del Ayuntamiento de Ibiza, que se instaló ayer en la parque de la Paz con la música como leit motiv y varios talleres para escucharla, crearla y bailarla.

La escuela de música Cas Musicaires ofreció una de las actividades más concurridas: un taller para niños y niñas de 2 a 6 años que estaban embelesados con su propuesta de música en familia. Mientras niñas y niños tocaban maracas, pequeños tambores y flautas, los músicos Laura Marí y Marc Riera interpretaban canciones para transmitir los ritmos más básicos.

Una hora más tarde tenían prevista una sesión de rock para las familias con hijos de 6 a 12 años con temas «más cañeros y guitarreros como los de AC/DC», explica Laura Marí, que subraya que para ellos es importante transmitir que la música no es solo un aprendizaje técnico. «Soy maestra de música y también he hecho el Máster de Músicoterapia y en nuestras clases de iniciación con las familias siempre les digo que son clases de sensibilización, porque intento trabajar también la comunicación, el protagonismo, la escucha... objetivos más emocionales y no tan académicos», destaca Marí.

El taller más animado y 'ruidoso' fue, como no podía ser de otro modo, el de percusión, conducido por Almudena Rubio. Ella normalmente imparte talleres de empoderamiento y exteriorización de emociones para mujeres a través de la batucada y en esta ocasión se armó de humor y paciencia hasta conseguir que más de una veintena de padres e hijos sonasen en armonía con sus percusiones.

«La música es cultura y además es importante para el desarrollo motriz de los niños y niñas», valoró por su parte la concejala de Participación Ciudadana, Carmen Boned, que acudió a las actividades, en las que también estuvo presente y participativo el alcalde Rafa Ruiz con su familia.

La jornada se completó con clases de salsa y un concierto de Marc Riera con clásicos del rock, además de con una yincana.