El Telescopio de Cala d´Hort (TCH), propiedad del Consell Insular y gestionado por la Agrupación Astronómica d'Eivissa (AAE), ha alcanzado en 2016 sus primeros cinco de años de vida y lo ha hecho descubriendo 30 nuevos asteroides, grandes rocas que por millares se encuentran formando un gran anillo entre las órbitas de Marte y Júpiter, aunque también los hay en otras partes del Sistema Solar. Desde que el telescopio empezó a funcionar, ya ha permitido conocer 320 asteroides antes desconocidos y que ya figuran en los registros oficiales de la Unión Astronómica Internacional y la NASA.

De todos los asteroides descubiertos en el último año, el más grande es el llamado K16P67W, que tiene una longitud estimada de 11,4 kilómetros, aproximadamente la distancia que hay en línea recta entre Vila y Sant Antoni. Algunos otros tienen 11 kilómetros y el resto son ya menores, según informó la AAE en una nota emitida ayer.

De los 320 asteroides descubiertos por los miembros de la Agrupación desde 2011, dos pertenecen a la categoría conocida como NEO, por sus siglas en inglés: Near Earth Object, es decir, rocas especialmente cercanas a nuestro planeta y por ello potencialmente peligrosas, motivo por el que son objeto de un seguimiento especial.

Pero el TCH no sólo continúa con su cosecha de asteroides, sino que también ha seguido obteniendo fotografías de alta resolución a través de su cámara astronómica y el consiguiente procesado mediante una serie de herramientas informáticas de gran complejidad.

Durante 2016 se han captado cuatro impresionantes fotografías. Una de ellas corresponde a la galaxia más cercana a la nuestra, y prácticamente gemela de la Vía Láctea: la galaxia de Andrómeda, a ´sólo´ 2,4 millones de años luz. En cambio, otra foto recoge a otras dos, M77 y NGC1055, que están a nada menos que 60 millones de años luz. La galaxia del Triángulo y el cúmulo estelar M15 (una bola con millares de estrellas) protagonizan las otras dos imágenes.

La AAE recuerda la importancia de mantener la oscuridad total en la zona de Cala d´Hort, dado que muchos asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra suelen tener un pequeño tamaño y por ello un bajo brillo, lo que los hace difíciles de detectar si hay contaminación lumínica.