­Las jornadas sobre Memoria Histórica, organizadas por el Ayuntamiento de Sant Antoni con el Club Diario de Ibiza en el Centro Cervantes, finalizaron ayer con una conferencia sobre las fosas comunes de las Balears. La ponente, Almudena García, detalló el trabajo realizado en la fosa del cementerio de Porreres (Mallorca), donde fueron arrojados los cuerpos de más de 55 personas asesinadas por las tropas de Franco entre 1936 y 1939.

La charla se centró sobre dónde hallaron los restos humanos, en varios niveles, lo que les ha permitido certificar la presencia de 55 cuerpos. La mayoría de ellos «con un orificio de entrada en el cráneo que corresponde a una bala de 9 milímetros». Incluso han hallado cadáveres con las manos esposadas o, en algunos casos, unidas a la espalda con alambres metálicos, lo que da una idea del trato que recibieron.

La intervención de Almudena García cierra un ciclo donde se ha explicado, por parte de reconocidos especialistas, lo que implica la Ley de Memoria Histórica, en el sentido de hacer visibles y dar voz a las víctimas de la dictadura franquista que durante más de 50 años han estado silenciadas. Almudena García inició su exposición explicando cómo se trata hoy en día el derecho a la recuperación de la memoria histórica en el ámbito de los Derechos Humanos y el porqué de las exhumaciones que se están llevando a cabo. Su exposición se centró en lo que ha supuesto abrir la fosa de Porreres y la repercusión mediática que ha tenido, analizando el proceso, pero también la presencia de representantes políticos «de todos los colores».

Avanzó que la labor empieza ahora en Balears y que el caso de Porreres es el inicio de todo un proceso que llevará a los científicos a desplazarse a Ibiza y a Formentera en los próximos meses. Incidió en que su trabajo ha sido respaldado no solo por las autoridades autonómicas, insulares y locales, sino también por los familiares de las víctimas y por las organizaciones ciudadanas. «Esto lo estamos haciendo, poco a poco, y con apoyo de la gente». A lo que añadió: «Para pasar página primero hay que leerla».