Com deiem a un article anterior, a mitjan segle XIX -any 1857-l´illa tenia una població de 22.202 ànimes, de les quals 16.651 vivien al camp. La ciutat comptava amb 5.551 veïns. És a dir, les tres quartes parts dels eivissencs i de les eivissenques vivien fora vila. Poc després començaria a funcionar el correu entre Vila i els pobles. Cinc anys després, El Calendario para las Islas Baleares donava a les Pitiüses una població de 23.492 habitants. Aquells eren temps en els quals les comunicacions del´illa ambl´exterior es limitaven al vapor que anava i venia de Mallorca i València dues vegades a la setmana, sempre que no fes molt mal temps. En aquest context, es publicava a Eivissa el llibre ´Dos hojas de historia, o Rasgos de la Conquista última de Ibiza contra los Moros´, d'E. A. Claessens de Jongte, imprès al´establiment de Joaquim Cirer i Miramon. Aquesta obra es troba avui dins la col·lecció Isidor Macabich del´Arxiu Històric d'Eivissa (AHE). No és el primer llibre imprès a Eivissa, però sí un dels primers, i tot i que el seu estat no és òptim (té taques d'humitat i cantons mossegats pels roedors) és una de les moltes joies bibliogràfiques de la biblioteca del´AHE, de la qual es conserven molt pocs exemplars. Per això aplaudim i agraïm la iniciativa de la conselleria de Cultura del Consell de reeditarl´obra pròximament.

Avui, destacarem d´aquest text un dels capítols que solen ser més interessants en aquest tipus de publicacions i que són les descripcions de balls, vestits i costums dels illencs, fetes amb el llenguatge ampul·lós i grandiloqüent típic del segle XIX:

Sobre el mercat

Hem de recordar que encara no s'havia construïtl´edifici del mercat de fruites i verdures, tot i que ja es parlava en les reunions municipals de la necessitat de construir un edifici per acollir-lo.l´acord no es prendria fins a 3 anys després de publicar-se aquest llibre i les parades amb la carn, el peix, les fruites i les verdures de les quals parla, es reunien a cel obert. Aquesta és la descripció que fa Claessens:

«..Paseo muy concurrido de los hombres durante la mañana, es la Plaza de la Constitucion, mercado público único de Ibiza. Allí, entre los aldeanos y aldeanas de trajes muy pintorescos, cual el encarnado faldellí que cubre las mugeres y muchachas, se halla, con abundancia prodijiosa, la carne de cordero, las legumbres con las frutas mas saborosas, y los pescados de agua de mar mas variados, y de los colores todos: uno ve desde el pescadillo delicioso llamado pescado de rey hasta la tortuga, el atun, el pez-espada y demás pescados de dimencion mayor.

Está adornado el mercado público de una fuente artificial de agua viva á la cual va la jente... á las horas todas del dia, á proveerse, para las necesidades de la vida doméstica...».

Sobre el passeig de s'Alamera

Tot i que les notícies publicades al voltant de la creació del passeig indiquen que aquest va començar a definir-se a mitjan segle XIX, ja enl´any 1725 podem trobar en el primer Llibre de Regidoria del recent creat ajuntament -Universitat fins al bienni anterior- l´acord de crear un passeig en el lloc llavonses dit de sa Tarongeta, espai que actualment ocupen la plaça del Parc i el passeig de Vara de Rey, l´espai on s'havien de plantar les 4 fileres d'arbres anava des del final del carrer de sa Creu, a la Marina, fins al principi del que avui és l´avinguda d'Espanya, una extensió lleugerament superior al que és el passeig avui:

«...Que en la Plaza de la Toronjeta se plante una arboleda de quatro filas del largo des de la Cruz (h)asta el Abrevador, de aquellos Arboles que a d(ic)hos señores les parezcan comb(enien)tes...».

Amb aquests antecedents passam a la descripció que Claessens fa del passeig 132 anys després:

«..Está situada la Puerta de la Cruz en la Marina y al salir por esa puerta, uno ve á la izquierda la Alameda, paseo público plantado de árboles en el cual hay bancos de piedra para que los paseantes descansen.

Al cantar un sinnúmero de canciones divertidas, en el dialecto ibizenco,...remiendan los pescadores sus redes tendidas por el suelo de la Alameda....

Es aun en la Alameda y al entrar por la puerta de la Cruz que las gentes del campo sentadas en pacíficos asnos ó machos, acuden...al mercado de la ciudad...En los domingos y fiestas...se ve llegar á los dichosos aldeanos y aldeanas asi como sus hijos de ambos sexos adornados de trajes tan orijinales como pintorescos á la vez ...

...En la Alameda se verifican tambien las danzas públicas...».

Sobre el ball pagès

«En un llano, especie de era y cuasi siempre cerca de una fresca fuente para que los danzarines y danzarinas puedan apagar su sed, las bailadoras al número de cuatro, seis, y hasta ocho, forman un círculo en medio del cual los muchachos brincan lijeramente al compas del alegre y ruidoso tamborin.

No salta el bello-sexo; hace solo pasos cortos al dar vueltas sin mostrar la espalda á bailador ninguno.

...las danzarinas campestres de Ibiza, se agarran ahora graciosamente por la mediania del vestido como en ademan de abrirlo lijeramente; ahora ellas la soltan, y, al formar un anillo con el dedo primero y el pulgar, colocan sus manos arriba al tener la palma de la mano en frente de los bailadores que están mirando á su rostro lozano...».

Sobre el vestit del pagès

«...Con calzon de lienzo blanco artisticamente arrugado que, al pender de la cintura, baja hasta el tobillo, y el cuerpo ceñido de una faja encarnada, el aldeano está cubierto de una chaqueta de paño negro, suelta, y mas bien corta que larga al propio tiempo que un chaleco de raso negro adorna su pecho. Porfin, lleva en su cabeza un gorro encarnado con fondo negro, ó bien, un gorro negro con fondo encarnado y mucho mas corto que él de los Catalanes».

Sobre el vestit de la pagesa:

«...Su calzado se reduce, con esclusion de medias, á unos zuecos finamente hechos, ya en esparto, ya en pita. Ella lleva en su cabeza, que tiene mucho del admirable perfil griego, un sombrero negro descomuncal cual el abierto del clérigo, y mucho mayor que el sombrero de los Aragoneses. Su copa reducida esta adornada con cintas, ó galones de oro, y en la parte posterior hay un plumaje ó ramo de flores de los colores todos, pero especialmente de rosas...

Ella lleva tambien el pelo en una trenza suelta, y aunque las mas trenzas son pelinegras, va siempre á la trenza un añadido estremadamente rubio que perteneció á otra persona grata al corazon de la aldeana: es alguna bisabuela, ó abuela venerada, es una madre adorada, ó alguna hermana,...y que han dicho, todas, un adios eterno á las fugaces horas de la vida!.

El bello-sexo del campo vá envuelto en el faldellí, o en una saya negra de una especie de jerga fabricada por sus manos y con maestría. Ese estido último, estremadamente estrecho y que va formando pliegues de alto á bajo, no tiene talle, por partir la saya de un poco mas abajo de los sobacos hasta el suelo... El vestido mas íntimo del bello-sexo rural tiene mangas que llegan hasta el puño el cual está prendido por dos botones de plata ú oro; y ese vestido suele estar muy finamente bordado.

Lleva tambien la aldeana una especie de calota llamada "cambux"-cambuix, fet de tela fina i amb la qual les dones els cobrien el cap-. Es de percal estampada y al bajar de la cabeza, le circuye todo su rostro y va terminandose debajo de su garganta...

En los dias festivos, la mujer, ó doncella del campo adorna su cuello con algun Cristo de oro ó plata, al añadir, si cabe en lo posible, collares de coral encarnado, -les augustinades- rosarios ú otros perendengues, cuya profusion y riqueza atraen la atencion y son el placer de los ojos, ahora al hallarse la aldeana por la Alameda, ahora por la plaza de la Constitucion de la ciudad de Ibiza...».