­La arqueóloga María José López-Grande ha vuelto a Egipto después de dos años de ausencia a causa de la inseguridad que se ha vivido en el país tras la Primavera Árabe. «Tenía unas ganas tremendas de ir y ha sido una experiencia extraordinaria, como siempre que vas a Egipto», relata.

López-Grande tiene desde hace años una relación muy estrecha con la tierra del Nilo, donde ha participado en varias expediciones arqueológicas. La también profesora de la Universidad Autónoma de Madrid está vinculada al Proyecto Djehuty (en Luxor) desde el año 2000 y es una egiptóloga de prestigio que ha visitado en numerosas ocasiones Ibiza para pronunciar conferencias. Asimismo, López-Grande investiga desde hace años en los fondos del Museo Arqueológico de Ibiza, junto a los coautores del libro que presentan mañana. Los cuatro (Jordi H. Fernández, Ana Mezquida y Francisca Velázquez, además de López-Grande) publicaron en 2014 el grueso volumen ´Amuletos de iconografía egipcia procedentes de Ibiza´, dentro también de la colección del Museo Arqueológico de Ibiza.

«He estado en una zona muy al sur de Egipto, donde apenas hay turistas. Vives allí con la tranquilidad de que día a día no pasa nada pero eres consciente de que la situación es peligrosa. Quizás menos para un equipo de trabajo que para alguien que viaje moviéndose mucho por el país», explica la arqueóloga, que añade que «en los últimos dos años la situación internacional ha cambiado mucho. Es muy peligroso quizás ir a Bruselas o a París, también a Egipto... Es terrible. Ir a Siria o Libia ya es imposible».

La profesora señala que Egipto está intentando que vuelva el turismo, porque «es una arteria vital», aunque observa una radicalización que se manifiesta, por ejemplo, en que las mujeres van «mucho más cubiertas que antes». No obstante, «la gente es más amable, como para demostrar que si vas no va a pasar nada. Eso es lo que ellos quieren: que no pase nada», añade.