Asegura que su exposición no tiene un gran contenido sexual, pese a que se refiere a la técnica del ´bondage´, la práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo. La artista danesa Annette Merrild muestra por primera vez su obra en la isla.

-¿Qué le ha traído a Ibiza?

-Conocí a una mujer maravillosa en Barcelona que me ofreció exponer en una galería que tenía en la ciudad condal y luego venir a exponer aquí a Ibiza y aquí estoy. Me la presentaron unos amigos coleccionistas, es una persona que tiene cualidades que admiro mucho como mujer y como galerista. Expone obras de gente a la que admiro muchísimo así que encantó la idea de formar parte de todo esto.

-¿Qué espera de esta exposición?

-Lo que espero es llamar la atención de la gente, que les llegue mi arte. Muchas veces ves obras pero pasan frente a tus ojos y no se quedan en tu retina, me gustaría que la gente me recuerde por mi trabajo.

-¿Cuánto ha tardado en crear estas obras?

-Ha sido un proceso de creación que ha durado unos seis años. Yo personalmente no practico el bondage (término francés que define la práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo mediante cuerdas, esposas...) así que no conozco la parte mental de esta práctica, lo veo algo muy físico pero no veo eso en mis obras. Normalmente cuando ves otras obras de bondage ves actividad y en mis obras ves algo silencioso y tranquilo, como retratos de mujeres. Para mí fue un proceso largo, ya que aunque no pertenezco a este mundo cuando me meto en un proyecto quiero llegar hasta el final. No sabía nada del bondage pero me recorrí todos los clubs donde se realizaba esta práctica, quería saber por qué la gente tiene ese deseo de atarse para alcanzar su libertad a través de la sexualidad en contra de todos los principios y normas sociales. A partir de ahí entendí todo este mundo. Necesito conocer algo antes de fotografiarlo.

-¿Cómo se sentía en este proceso?

-Como artista me lo tomé como un aprendizaje. Como persona que siempre esta observando algo, sobre todo me enseñó cosas d cómo se juzga a las personas. Observé como la gente hacía un viaje para conseguir algo y yo mientras tanto hacía un viaje para descubrir algo también. He fotografiado mi juicio sobre un estilo de vida mediante la sexualidad. Me ha enseñado mucho como persona y sobre mi propia sexualidad, me ha dado tranquilidad. Parece un mundo lleno de locura pero no lo es, ya que la gente lo único que busca es libertad. Creo que en el transcurso del viaje se abre una puerta hacia la libertad. No creo que se pueda encontrar la libertad mediante el sexo, pero se pueden abrir puertas para aceptar quien eres.

-¿Este trabajo tiene algo que ver con lo que haya hecho anteriormente?

-Sí, hecho otros trabajos antropológicos por Europa, era un trabajo más neutro y la gente no sabía cómo iba a encajar esto, pero siempre trabajo la identidad sin ponerlo directamente delante de tus ojos, siempre dejo espacio para que el que lo visualiza pueda crear un sentimiento de identidad sobre lo que está viendo. Trabajo mucho en cómo somos como personas y nuestra identidad. Ahora estoy trabajando en un proyecto de un hombre que se ha transformado en mujer en Irán, allí está prohibido el cambio de sexo. Cada vez que oigo una historia que no entiendo, indago para descubrir y eso me enseña mucho sobre la vida. Me atrae mucho conocer hasta dónde puede llegar el ser humano para alcanzar lo que desea.

-¿Siempre le atraen las historias difíciles?

-Sí, me complico un poco la verdad, pero es porque aprendo de todo esto. Considero que como artista tienes que hacer algo para ti mismo primero y después si puedes aportarle algo a la sociedad mucho mejor. La gente siempre piensa cosas raras sobre la sexualidad y lo que es o no normal. Me gustaría saber la definición de lo que es normal. La gente me toca para ver si llevo cuerdas bajo mi ropa, pero no me importa, me interesa que la gente piense y haga sus propias conjeturas sobre diversos temas. Para mí no se trata de erotismo, sino de mujeres que son una escultura del cuerpo que se nos ha dado. La mitad de la gente que ha visto la exposición piensa que tiene un gran contenido sexual y no es así.

-A mí me ha parecido algo muy conceptual.

-Gracias, de eso se trata, de algo conceptual.

-¿Qué es el arte para usted?

-Para mí el arte es algo que no se puede dejar escapar. Creo algo para mí. Cuando la exposición ya esta creada yo ya estoy en otra cosa, ya ha pasado. Para mí el arte es crear y cuando se ha hecho realidad mi mente ya está buscando algo nuevo.

-¿Cómo ve el hecho de que el arte se está convirtiendo en un modo de inversión?

-El 50% de la gente que adquiere arte lo hace por identidad, pero esto pasa con todo lo compramos, queremos crear una identidad para mostrarnos ante la sociedad. Luego hay gente que compra arte por sentimiento, porque siente que no pueden vivir sin esa obra que se ha cruzado en su camino. Me gusta eso. Y la gente que se atreve a comprarlo. Oigo a gente en la exposición que dice: ¡No puedo poner esto en mi casa! Y pienso: ¡Qué pena que no puedas hacer esto, deberías de creer en lo que te gusta. Si te gusta algo es que forma parte de ti. Tienes que poner un precio a las obras de arte, al final la gente compra para sí misma.

-¿Qué le parece el arte para expresar temas políticos?

-No soy un artista política. Me gusta expresar el proyecto en el que estoy involucrada.

-En el transcurso de la historia se ha usado el arte como reflejo de la sociedad en épocas de guerra o de crisis...

-En estos tiempos parece que vivimos en un mundo paralelo, no queremos vivir lo que está pasando realmente. Muchas veces uno prevé lo que está pasando pero no lo ve realmente. En mi caso también tardo en darme cuenta de lo que está sucediendo a mi alrededor, con todo el tema de los atentados, terrorismo... Hace poco estuve en París, me podría haber pasado a mí. Pero parece que no lo vivimos de cerca.

-¿Cuál es su sueño?

-Me gustaría sentir que llego a la gente con lo que hago.