Antes de empezar, me gustaría agradecer a todo el personal sanitario las atenciones a mi familiar que está ingresado en el hospital. Dicho esto, me gustaría compartir una reflexión que me han surgido al tener que visitar diariamente el centro hospitalario.

Y es que se me ha hecho imposible entrar y salir del hospital, ya sea por urgencias, por la puerta principal o consultas, sin llevarme conmigo mis dos buenas bocanadas del humo de los cigarros de la gente que parece que custodien las puertas. Y es que pacientes, visitantes, personal de seguridad y algún que otro individuo del personal sanitario se pasan por el arco del triunfo la prohibición de fumar en el recinto hospitalario. Y no es que no esté señalizado, es que directamente les resbala.

De ahí que me gustaría hacer extensiva mi reflexión a las personas encargadas de controlar las infracciones a ley 28/2005 y si puede ser, que cumplan con su obligación. Para acabar me gustaría solicitar al director del hospital Can Misses que corrijan las faltas de ortografía en el cartel de la entrada principal donde informa de la prohibición de fumar, porque me están empezando a llorar sangre los ojos y no descarto que sea por la escritura en catañol.