Algunas familias retoman la lucha después de unas navidades menos dulces de lo normal. En Ibiza siguen existiendo familias afectadas por la estafa inmobiliaria. Un problema que se ha llevado por delante a demasiadas personas cuyo único delito fue el de aspirar a una vivienda digna. Sí, ese derecho humano (amparado además por la Constitución) que se vulnera a diario. Este es un conflicto donde existen ilegalidades que, aunque las denuncie el Tribunal Superior de Justicia Europeo, el gobierno actual y el anterior se niegan a reconocer. Los datos de 2014 no son nada esperanzadores: aumentó el número de desahucios y de problemas relacionados con el pago de alquiler o servicios básicos. Ya no es raro oír y leer acerca de pobreza energética, aunque estemos lejos de concienciarnos sobre este problema. Pero para 2015 ya hay un dato positivo: la Plataforma de Afectados por la Hipoteca está más fuerte que nunca. En nuestra isla, cada vez son más las personas que pierden el miedo y plantan cara a los todopoderosos bancos utilizando sus armas: la solidaridad, el apoyo mutuo y el empoderamiento colectivo.

Cada vez están más convencidas de que la lucha es legítima, pues una cuestión tan importante para una familia como el propio hogar no se defiende confiando en unas instituciones que no van más allá de las buenas intenciones. Recuerdo la alegría cuando leí en este diario aquello de que «la isla de Ibiza se declara antidesahucios». Lástima que ahora se olvide (o se quiera ignorar) que, pese a esa gran noticia, en nuestra tierra aún hay muchas familias con problemas de vivienda. La PAH y las personas sabemos que sí se puede garantizar este derecho básico pero que no se quiere en aras del beneficio de unos bancos que hemos rescatado todos. Este año, seguimos luchando.