Después de leer las quejas del señor Borja Martínez, quiero decirle que en la oficina de la Jefatura de Tráfico cada día más de 60 personas (previa obtención de número tras haber hecho una cola) solucionan sus trámites sin problemas. Otras 30, sin necesidad de número solventan dudas, pagan multas... Todo ello en una oficina temporal que se ha habilitado mientras se ejecutan obras de reforma en la original. La oficina es minúscula y nos obliga a controlar el aforo de público. No hay ni cinco ni ocho funcionarios atendiendo al público, somos tres y con suerte cuatro los auxiliares que atendemos al público y la tramitación de sus asuntos.

De las 400 o 500 personas que atendemos a la semana no hemos recibido queja alguna, pero sí por parte de aquellos que no quieren asimilar que la Administración funciona así. El señor Borja Martínez nos insulta en su carta. No así a nuestros jefes, que son los que organizan el sistema y nos obligan a usarlo. Tampoco agrede a directores generales, ministros o a los distintos gobiernos que desde los 90 se han dedicado a machacar a los funcionarios impunemente, sin dedicarse a agilizar y optimizar la burocracia. Pídales una Administración ágil, simple, justa y efectiva. Pídales un funcionario para que se desplace a su domicilio a las 10 de la mañana a hacerle ese trámite que tanto le exaspera. La productividad de los funcionarios de la oficina de Tráfico de Ibiza es de las más altas de España. El único vago es el señor Martínez, que en dos meses ha sido incapaz de solucionar un simple trámite, a diferencia de esas personas que madrugan y consiguen solucionar sus asuntos.