Me gustaría explicar mi experiencia con el famoso Tratamiento Integral de Lenguas (TIL) sin entrar en decretos, leyes, directrices, ni demás mandangas.

La primera vez que oí hablar del TIL fue hace casi dos años, cuando un director general (perdón, pero no recuerdo su nombre) nos convocó a las asociaciones de padres y madres de alumnos (soy presidenta de la del instituto Balàfia) para explicarnos de qué se trataba. Tengo que decir que, de todas las Apimas de la isla, creo que no llegábamos a diez los padres que fuimos. Esto también demuestra lo que nos implicamos en algo tan importante como la educación de nuestros hijos. En fin, ese señor nos explicó el proyecto y la verdad es que era perfecto, casi como una utopía, pensé yo. El problema era el momento en que lo querían aplicar y cómo lo querían aplicar.

En ese momento nos quitaban maestros de apoyo, los colegios necesitaban (y siguen necesitando) mejoras urgentes, se caían techos, goteras, etc. Recuerdo que le dije: «Perfecto: nuestros hijos sabrán decir ´tenemos goteras en el gimnasio´ en castellano, catalán e inglés». «Hay que empezar la casa por los cimientos», también le dijimos, «empecemos por infantil y vayamos subiendo y formando al profesorado». No se puede dar Tecnología en inglés a un niño en segundo de ESO de repente, y más si a ese niño le cuesta estudiar en su propio idioma y le han quitado el profesor de apoyo.

También nos dijo que serían flexibles, que si el Consejo Escolar aprobaba un proyecto lingüístico con la aprobación de los padres, ellos no lo rechazarían.

Recuerdo muy bien esa reunión y el buen rollo que quiso transmitir el director general. Bien, pues ahora, en nuestro instituto (Balàfia), con un proyecto lingüístico dentro de las directrices del TIL, aprobado por más del 90% de los padres (fueron muchos a votar) y por unanimidad del Consejo Escolar no lo aceptan y nos lo hacen cambiar (ya en julio), no se sabe por qué.

En septiembre, la dirección del instituto Balàfia, obligada por la conselleria, presenta un nuevo proyecto al Consejo Escolar, que vota en contra por unanimidad al no estar avalado por los padres y ser impuesto casi al inicio de curso, cuando había un proyecto aprobado en junio por toda la comunidad educativa del centro. Ahora dicen que estamos en contra del TIL. No, no estamos en contra del TIL, estamos contra las maneras de hacer las cosas.

Te dan ganas de dejarlo todo, dimitir de la Apima, del Consejo Escolar, estar en casa tranquila y que hagan lo que les dé la gana. Pero no, creo que en estos momentos, como padres, tenemos el deber de defender los intereses de nuestros hijos y apoyar a los profesores en sus reivindicaciones.

¡Basta ya! Escuela pública, sí. Sanidad pública, sí. Tenemos que hablar, es lo único que tenemos, la palabra para decir lo que pensamos. Por ahora...