A la vista de la noticia aparecida esta semana respecto a la adquisición por el grupo Pachá de la estructura denominada Toromar y las declaraciones realizadas por el señor Ricardo Urgell, debemos puntualizar lo siguiente:

1.- Es totalmente falso que el establecimiento denominado DC10 se encuentre dentro del ámbito del Parque Natural de las Salinas, sino que se halla fuera de él y además es anterior a la declaración del Parque.

2.- El Toromar, que sí se encuentra dentro del Parque Natural, ya se contempla en el artículo 60 del PRUG (actuaciones de protección y mejora del paisaje) como uno de los espacios a recuperar por el alto grado de degradación y abandono de sus instalaciones e infraestructuras, por lo que la adquisición de una instalación en ruinas cuyo fin último, previsto ya en la norma, es su demolición carece de cualquier sentido y lógica y no sirve desde luego de ejemplo para nadie. Los establecimientos a los que se refiere el señor Urgell son del todo punto legales y disponen de las preceptivas licencias administrativas.

3.- En orden a las gratuitas afirmaciones del señor Urgell -«en esta isla ya hace tiempo que todo el mundo hace lo que le da la gana»-, no entendemos muy bien a qué o a quién se refiere, pero desde luego no puede decirse que los establecimientos de su grupo sean un ejemplo de cumplimiento de la legalidad urbanística o sectorial, toda vez que el establecimiento denominado ´Lío´ es de nueva creación y carece al parecer de cualquier tipo de licencia municipal de actividad que habilite su funcionamiento, a pesar de que ha venido funcionando a pleno rendimiento durante la pasada temporada estival. ¿A qué otro empresario le estaría permitido funcionar sin licencia en un establecimiento de estas características? El establecimiento denominado ´Pachá´ incumple desde luego con la legalidad y basta con una simple observación en una fotografía aérea para constatar que no respeta los retranqueos a la vía pública, ocupa posiblemente una zona verde y, de forma manifiesta, excede de lo permitido, ocupando la totalidad del solar. Y en fin, el Hotel de Pachá, mediante un extraño acuerdo o convenio suscrito con el Ayuntamiento de Ibiza, ha conseguido privatizar una zona verde pública que utiliza en su propio beneficio y como zona de acceso al Hotel, en un incomprensible trato de favor que, desde luego, no se dispensa al resto de empresarios.