Dentro de unos días comienzan los actos para celebrar el Rocío en Sant Antoni, con un conjunto de actividades que culminarán con los tres días del Rocío (4, 5 y 6 de mayo). Soy catalán, llevó ya cuatro años en Sant Antoni y, como a casi todas las familias, la crisis también me ha golpeado. En estos momentos tan difíciles, creo conveniente agarrarse a algo, como creyente que soy.

Yo soy católico practicante y desde hace algún tiempo, tal vez por las influencias de mi entorno, donde hay gente muy andaluza y muy creyente, me he visto en la necesidad de hacerme hermano de la Asociación del Rocío, por todo lo que significa la Virgen del Rocío, la devoción que esta buena gente siente hacia ella y el entusiasmo con el que preparan ese día. (Este año estrenan carreta).

Dicho todo esto, estoy hecho un flan porque quiero que llegue ese día en que me den la cruz de la Virgen del Rocío en el campo y quiero ver la reacción de mi gente cuando me vean por fin con dicha cruz colgada de mi cuello. No está de más decir que el sábado 21 de abril hay cabildo a las 21 horas en la parroquia, el domingo 22, comida de hermandad en Buscastell, los días 26, 27 y 28 habrá el tridúo, y el sábado 28 también el esperado pregón por parte de Antonio Campos Heredia, que es como mi benefactor, y es el acto que más espero después del Rocío.

Quiero dar las gracias también a mi buen amigo Paco, que será el hermano que me va a presentar y que está aguantando todo el nerviosismo de la ropa, la insignia y la preparación. Y me despido diciendo estas palabras: bonita, bonita y bonita.