Qué poco se ha hablado de esta aparente broma, que no lo es. En el nuevo hospital se han hecho los marcos de las habitaciones sin tener en cuenta las medidas necesarias para que las camas tengan fácil acceso para entrar y salir constantemente. No, no es cachondeo.

Es una magna construcción donde se supone que todo está más que visado, firmado, cotejado y contrastado con profesionales al tanto de todo ello. Profesionales de todo tipo, constructores, delineantes, aparejadores, arquitectos, todos ellos con sus respectivos colegios. Y sin embargo ha ocurrido. Otra cosa es saber (presumo que nunca se sabrá) quién es el responsable. Porque, desde luego, sería en justicia quien tendría que acarrear con el nuevo gasto –no previsible en su momento– que ello pueda suponer.

Cosas como estas son las que me hacen pensar que seguimos siendo un país de pandereta, y por añadidura, visto lo visto por los cuatro puntos cardinales de España, también corrupto.