Prohibir, últimamente es lo que más oigo: está prohibido fumar, está prohibido que los perros vayan sueltos, está prohibido y severamente multado que estos estén corriendo por una playa aunque sea invierno y esté desierta... Todo está prohibido.

Como amante de los perros me duele que mi perrita no pueda ser una ciudadana más. Entiendo que se les prohíba la entrada a un súper, a un restaurante, a un hospital... pero que lospobres no puedan corretear por la playa en horas que son casi de ámbito perruno, como a las siete en invierno, me parece excesivo e injusto.

Creo que una vez más el desconocimiento y la falta de libertad impera en una sociedad demasiado ocupada en entender que los únicos que embrutecemos a los animales somos nosotros y no al revés. Un perro necesita correr, desfogarse, jugar con otros congéneres y así relajarse para vivir en la sociedad humana. Los que tenemos perros sabemos qué necesitan y vemos impotentes como su libertad, legítima, está cercenada por unas normativas absurdas y desproporcionadas.

Lo que es fuerte es que la Policía no esté vigilando la cantidad de mierda que tiran en las playas (para muestra véase la zona del Bora Bora en Playa d´en Bossa). ¿Por qué no multan a esos guarros?, ¿por qué este ensañamiento con los perros?

Vivo en una plaza de Vila y muchas noches nos reunimos unos cuantos vecinos en un parque para intercambiar unas risas y que nuestros perrillos jueguen, corran y en definitiva se diviertan como nosotros lo hacemos en un cine o en el bar...

Invito a todos a que vengan a ver qué daño provocan estos animalillos. Podrán contemplar un maravilloso documental digno del National Geographic. Verán civismo, amor hacia el más pequeño, respeto... en fin, aprenderemos más de ellos que al revés.